SE NOS FUE COMO VINO: SIN DARNOS CUENTA
Tuvo que ser a través de un artículo del Adelanto como nos enteramos que Alfredo había fallecido.
Sabíamos que estaba enfermo, pero el estaba luchando con fuerza contra la enfermedad que le iba comiendo poco a poco. El marchó a Perú para pasar los últimos días de su vida y alí fue donde le sorprendió la muerte, tal y como el quería.
Aquí siempre nos quedará su recuerdo, bien a través de su labor como sacerdote o bien a través de su obra literaria, faceta ésta poco divulgada entre nosotros, pero muy reconocida en otros ámbitos.