Santa Águeda: Patrona de las enfermeras
Fue perseguida por el Senador Quintianus quien aprovechando la persecución del emperador Decio intentó poseerla.
A pesar de las contínuas negativas de la joven Quintianus no se dio por vencido y la entregó en manos de Afrodisia con la idea de que esta la sedujera con las tentaciones del mundo.
Pero sus pretensiones no fueron posibles debido a que la virtud y la fidelidad a Cristo de Santa Águeda se impusieron.
Fue entonces cuando Quintianus poseído por la ira torturó a la joven hasta ordenar que le cortasen los senos.
La repuesta de Santa Águeda fue firme; «Cruel tirano, ¿no te da vergüenza torturar en una mujer el mismo seno con el que de niño te alimentaste?»
Fue consolada por San Pedro quien milagrosamente la sanó pero las torturas continuaron y fue arrojada sobre carbones en Catania, Sicilia (Italia)