En las zonas rurales y sobre todo en un pueblo como el nuestro, a un paso de la capital, no tendríamos que tener ENVIDIA a los urbanitas de Salamanca.
públicos, escaparates, centros comerciales etc.., pero la calidad de vida que tenemos – ya les gustaría vivir como nosotros – creo que no tiene precio. Y si no disponemos de más servicios – culturales, sociales,
municipales – es por que no queremos.
Actualmente nos quejamos mucho de esta generación actual que ahora los llaman ¨NI NIS ¨ – en mi época se llamaban vagos, inútiles, etc. Ellos tienen todas sus necesidades «básicas» cubiertas: su comida poco menos que a la carta, ropa «guay», tele – una para cada uno -, portátil, ADSL, el último videojuego, el coche, la gasolina para el coche y unos cuantos euros para rematar la fiesta el fin de semana. ¿Para que estudiar o trabajar si tienen todo lo que quieren con el único esfuerzo de levantarse cada día de la cama? Pero ¿qué responsabilidad tenemos los
padres y los más mayores en que esto ocurra así? Nos hemos vuelto muy cómodos:zapatillas, sofá,cervecita y tele -basura o no basura- y eso sí, entre trago y trago la crítica que no falte: «jo», si e s que no hay «na» en este pueblo, qué si este ayuntamiento, que si el otro, que si los curas, que si siempre son los mismos que si bla , bla , bla , bla , bla. Pero cuando llega el momento de arrimar el hombro:actividades,convocatorias,elecciones,trabajos colectivos etc. ¿quien aparece?, pues eso: los de siempre. Hemos vivido en la era de la comodidad, del materialismo, del consumismo, de conseguir todo con dinero. ¿Es esto los que hemos transmitido a nuestros hijos?
Parece ser que en parte sí, con el agravante de que lo que nosotros conseguimos con esfuerzo a ellos no les está costando absolutamente nada.
Entonemos pues, el «mea culpa»: tenemos lo que nos merecemos. Si queremos que esto cambie hemos de aportar nuestro granito de arena.
Todavía estamos a tiempo. Quizá estos tiempos de crisis que vivimos nos ayuden a ser menos materialistas, a saber que no todo en esta vida se consigue con dinero, que hay cosas que tenemos que volver a recuperar: el compañerismo, las relaciones humanas, el sacrificio, la humildad, el hacer las cosas de forma altruista sin esperar nada a cambio. Transmitamos este espíritu a quienes vienen detrás de nosotros. El camino se hace andando como dijo el poeta.
Wapo