ANTONIO RODRÍGUEZ ROMO-MÉDICO TITULAR DE VILLORIA 1 EN EL CENTRO DE SALUD-
Antonio Ángel Rodríguez Romo, nació en la localidad salmantina de Aldeanueva de Figueroa hace cincuenta y siete años y lleva treinta ejerciendo la medicina, de ellos seis en el centro de salud de Villoria.
Hoy tenemos la suerte de poder contar con sus opiniones sobre su experiencia con los pacientes de nuestro pueblo.
Besana: ¿Un médico nace o se hace?
Un médico nace y después, por supuesto, se hace. Pero tienes que tener una gran vocación. Esto exige muchas horas, mucho tiempo, y las recompensas a veces no son gratas, por eso la vocación es muy necesaria, sobre todo cuando las cosas no te salen como quieres. Es una profesión que se actualiza constantemente, lo que vale para hoy ya no sirve para el año siguiente. La medicina es algo en constante evolución.
La mayor satisfacción es ver que un paciente sale adelante con tu tratamiento y tus cuidados. La mayor decepción es cuando se te muere un paciente, porque le has estado tratando durante años y le has cogido cariño. Otro tipo de decepción se da con los pacientes que piensan que estás en su contra, que no entienden que tú les estás recomendando lo mejor para ellos; tu mejor amigo siempre es tu médico y nunca hará nada en contra tuya.
Besana: Durante las consultas, ¿Qué relación prevalece, la estrictamente profesional o la personal?.
Cada médico tiene su método: a mí me gusta tener una relación cercana, conocer al paciente que tengo delante, hablar con él. También le doy parte de mi vida, le cuento mis cosas: esta es una relación de confianza, imprescindible para la curación del paciente. Las consultas deber ser distendidas, con un diálogo mutuo entre el médico y el paciente. Por eso me gustan los pueblos, hay una relación muy cercana con todos. La pregunta clave cuando llega una persona a la consulta es qué le pasa y a qué lo atribuye.
Besana: ¿Somos muy hipocondríacos los pacientes?
Todos tenemos en mayor o menor medida algo de hipocondría, que es necesaria para que las personas se preocupen de su salud y vengan al médico. Luego hay de todo; si tenemos veintidós consultas al mes hay gente que viene veinticuatro veces y a otros no los vemos nunca. A través del historial médico que tenemos de cada paciente ya conocemos de antemano muchas cosas.
Besana: Ahora que disponéis de sistemas informáticos, suponemos que ya no será necesario que los médicos aprendáis caligrafía.
(Risas). A mí siempre se me ha entendido lo que escribo. Eso es un mito, el que escribe bien escribe bien y el que escribe mal escribe mal, tanto los médicos como cualquier persona.
Besana: Ante una enfermedad, ¿se comportan igual los hombres y las mujeres?
Hay pacientes y pacientes, pero no hay diferencia entre hombres y mujeres. Cada paciente vive la enfermedad de una manera, independientemente de que sea hombre o mujer.
Besana: ¿Cree quela fe, religiosa o de cualquier otro tipo, influye en la recuperación de un enfermo?
La fe religiosa no lo sé, pero la fe en el médico sí influye en la curación, porque la mente tiene una gran capacidad de evolucionar. La religión da un apoyo psicológico, pero el paciente debe creer, tener confianza en el médico que le está tratando. Ayuda a sufrir menos en el proceso de la enfermedad: el cariño, la prestancia… todo eso ayuda incluso en procesos terminales.
Besana: ¿Cómo desconecta un médico después de un día entero tratando enfermedades, dolencias, en fin, a personas con distintos grados de sufrimiento?
Pues con tu mujer y tus hijos, pero no desconectas nunca porque llegas y te pones a estudiar temas que te han surgido durante el día, porque no te lo sabes todo. Después disfrutas con tu familia como cualquier persona.
Besana: ¿Qué repercusión ha tendido la famosa «Gripe A» en Villoria?
Besana: ¿ Considera que el Centro Médico de Villoria está suficientemente dotado? ¿No debería existir una farmacia en propio Centro?
Creo que cuenta con la dotación suficiente y nunca siempre hemos tenido lo que hemos pedido sin ningún problema. En el proyecto original para este tipo de centros estaban previstos más servicios, como la existencia de una oficina de farmacia, pero finalmente no se han llevado a cabo.
Agradecemos a Don Antonio su colaboración y habernos dedicado parte de su tiempo. Muchas gracias.