CINE EN EL PARAISO


Desde bien niño el cine fue para mí una pasión. Mi madre, cuando le pedía «la paga» para ir al cinema «Sarasate» de mi pueblo, me repetía: «donde vas a ir es al cine de las sábanas blancas». Pero incluso en la penumbra de mi habitación, a la hora de la siesta, se colaban por las rendijas de la ventana las siluetas del señor Cruz arrastrando la yegua que marcaba su paso de herradura camino del esquileo, la señora Petra que llevaba airosa el balde del agua recogida en el Odrón, o los amigos que corrían persiguiendo su «corroncha». Me proyectaban cada tarde su documental en el techo de mi habitación. Recuerdo que mi primer pecado mortal fue el mismo día de mi primera comunión en que «El Colores» tuvo la mala idea de poner en cartel «Raíces profundas» y nada tardó Don Ramiro, mi párroco, en colgar su protesta en el portón de la iglesia en forma de tablilla de calificación, el fatídico «2R», es decir, no apta para niños. Pudo más la afición que la censura.

Con mi ingreso en el «Seminario Hispano Americano de Misioneros Dominicos», hermoso cartel que, junto a las dos esbeltas y gigantes figuras dibujadas de Santo Domingo y Valentín de Berrio-Ochoa, adornaban la fachada, no menguó mi afición por el séptimo arte, sino más bien se incrementó. Los padres tenían la costumbre de llevarnos al cine de Villava una vez al mes. Recuerdo que la afición de alguno de los hermanos cooperadores era más grande que la mía, pues al pasar junto a la pantalla, en busca de su asiento, hacían genuflexión.

En Villava se amplió mi afición a la imagen debido a las fotografías, diapositivas y algún rollo en 16mm. que traían los misioneros que, con mucha frecuencia, pasaban por allí para estimular nuestra vocación por la selva del Sur-Oriente peruano. Uno de estos misioneros, el P. Gerardo Fernández, ocupaba una habitación de la enfermería cuando yo llegué a Villava y me tocó asistirle en su muerte. Este gran misionero debía ser tan aficionado como yo al cine, pues, nada menos que el año 1.924 compró una cámara de filmación en Lima y marchó a Koribeni, donde trabajaba su paisano y connovicio P.Wenceslao Fernández y uno como realizador y el otro de protagonista junto con todos los nativos de este puesto de misión, filmaron el documental: «Misiones Dominicanas en el Perú», que junto a todo un programa que incluía orquesta, cantos y poesías, fue presentada por el P. Gerando Fernández y el día 6 de junio de 1.927, en el Teatro Forero de Lima, previo pase en el Santuario de Santa Rosa y en el palacio de la Presidencia, donde la presentó Monseñor Sarasola. La película tuvo enorme resonancia en la prensa peruana y su éxito cruzó el océano, pues fue llevada a la Exposición Universal de Barcelona del año 1.929 y se proyectó también en otras ciudades y países. El documental recoge el trabajo de médico, maestro y pastor que realiza el misionero entre los nativos machiguengas de la cuenca del río Urubamba y concretamente en la misión de San José de Koribeni que fue fundada el año 1.910. El P. Gerardo ha tenido sus émulos en otros muchos misioneros que han sabido captar las hermosas imágenes y secuencias que brindan la selva y sus hijos. Los PP. Joaquín Barriales y Adolfo Torralba, como guionista y realizador respectivamente, han dejado una docena de excelentes documentales sobre diversas misiones, en sus mitos y costumbres.

Las proyecciones cinematográficas han sido también poderoso método educativo utilizado por los misioneros. Casi todos los puestos de misión tuvieron sus proyectores de 16mm. Eran las embajadas las que surtían de material documental. Aparte de ello, las vidas filmadas de Martín de Porres y Rosa de Lima, fueron vistas con emoción por los nativos de todas las etnias que las contemplaron con emoción. Asimismo los Misterios del Rosario, del P. Peyton fueron sesiones de gran acogida en nuestras misiones.

Frecuentemente repiten los nativos que nosotros, los que venimos de fuera, les llevamos con nuestras cámaras, pero nunca les traemos de nuevo, aludiendo así a un natural sentido del derecho a la propia imagen. Es por eso que particularmente me he dado a la empresa de proyectar en todas las comunidades nativas por donde paso, todos los documentales e imágenes que los misioneros hemos ido tomando de ellos y a fe que son las proyecciones que más disfrutan y agradecen.

Tengo la experiencia, que los nativos no son muy dados a expresar sus emociones y contemplan las novedades de la ciencia y técnica como si eso ya lo estuvieran contemplando desde siempre. Pero cuando ven sus imágenes proyectadas, se convierte la sesión en un auténtico cine-fórum con intervenciones de todos los asistentes y con todo tipo de risas, exclamaciones y opiniones. Para lograr una de estas sesiones, a veces hay que caminar con el generador al hombro y el resto del equipo: altavoz, gasolina, videoproyector, DVD, etc., hasta ocho horas por selva difícilmente penetrable. Pero el gozo con que se contemplan, parece que compensa con creces el sacrificio.

Hemos logrado reducir el peso del equipo a un generador de 13kg. y un maletín tipo ejecutivo (todo un chiste en el corazón de la selva) donde llevamos el videoproyector, DVD, películas y cables con tan solo 2kg. de peso. Además siempre camino con una pequeña videocámara al cinto donde voy captando imágenes del recorrido y posteriormente de la aldea y gentes; y en la noche, es la primera proyección que hacemos ante la admiración y algarabía de los protagonistas – espectadores.

Las sesiones constan del siguiente programa: secuencias del camino y de la comunidad y sus gentes; documentales realizados por Torralba-Barriales, documentales sobre nativos de otros países y finalizamos con una película que tenga valores humanos y sea afín a su natural estilo de vida. Pongo algunos ejemplos: «Pocahontas», «Spirit», «El rey León», «Tarzán», «El Dorado», «Parábolas de Jesús», etc. en dibujos animados. «Bailando con lobos», «La conquista del Oeste», «El gran combate», «La selva esmeralda», «Soldado azul», «El último mohicano», «La conquista del paraíso», «Fitzcarraldo», «Aguirre la cólera de Dios» etc. También pongo documentales sobre este bello país y películas sobre la realidad social de Perú, de forma especial la filmografía de Francisco Lombardi, sin duda el mejor realizador del país y uno de los mejores de América Latina, con películas tan impresionantes como: «Caídos del cielo», «La ciudad y los perros», «Pantaleón y las visitadoras», «Que nadie lo sepa», «Tinta roja». Y en cuanto a formación religiosa, tenemos una buena serie de dibujos animados sobre la Biblia, las parábolas y las muchas producciones de valores y personas dignas de imitación, amén de los santos populares peruanos. La película que más proyectamos es «Jesús», realizada por Robert Youg.

Creo que es una actividad complementaria e instructiva en nuestro plan pastoral con los nativos machiguengas. Máxime en este tiempo dominado por el boom del gas de Camisea y sus nefastas consecuencias para la selva y los nativos. De la noche a la mañana, estas gentes absolutamente ignoradas por gobierno e instituciones, se han puesto de moda y todas las ONGs y adláteres se hacen presentes. Con el famoso cánon en sabrosos millones de dólares que van dejando las empresas explotadoras en el país, cuyo porcentaje más elevado se quedan en oficinas gubernamentales de Lima, Cuzco, Quillabamba y Echarati, por orden de importancia y proporcionalmente. Lo que llega a las comunidades nativas que tienen la desgracia de vivir sobre estos yacimientos, llegan cantidades irrisorias que en muchos casos son malgastadas o saqueadas o malversadas.

Todas las comunidades se han visto impelidas a presentar de forma atropellada sus proyectos. Uno de los más socorridos es el salón comunal. De la noche a la mañana, en el corazón de la selva se ha visto un nuevo tótem que amenaza con destruir el gran valor de la asamblea comunal: la Televisión. Enormes aparatos de hasta 50 pulgadas con su DVD y sus raciones incesantes de Rambo, Van Damme, Suazenager, Kung Fu, Norris… que compiten en número de balas y muertos. La paz y tranquilidad de la selva, los ruidos naturales de los millones de pacíficos seres que la habitan, ha sido rota por los sonidos de las máquinas de matar. Es impresionante ver los enormes ojos de los niños contemplando todo este océano de sangre que desborda por las enormes e insaciables fauces de los televisores que ha traído como regalo el papá Sam de Camisea.

Pensamos que es muy conveniente educar a nuestros nativos con la belleza y placidez de su propia imagen y estilo de vida. Estamos captando muchas secuencias en todas nuestras comunidades con el fin de comenzar a editar pronto algunos documentales y continuar así con el ejemplo que nos marcaron nuestros antepasados en la actividad misionera y afición cinematográfica. Nuestra idea es llegar a capacitar un grupo de muchachos machiguengas para que sean ellos quienes realicen sus propios documentales sobre su estilo alternativo de vida y valores.

Este artículo fue escrito el año 2005. A la fecha continuamos proyectando en todas las comunidades. Algo va cambiando. En casi todas ellas hemos instalado paneles solares con un conversor que nos permite las proyecciones sin necesidad de portar el generador. Ya hemos realizado varios documentales: «Terry», «Peligro de extinción», «Huelga amazónica», «Belleza machiguenga», «Estilo de vida nativo» y varios otros; algunos están colgados en YouTube.

Cada noche, en el corazón de la selva, con la banda sonora añadida en directo por la multitud de seres vivos que expresan su admiración, sigo recordando aquellas proyecciones en la Casa Sindical, en el salón de Mundo o en el de Antonio; y, sobre todo, siguen pasando por mi memoria los rostros de tanta gente con las que compartimos muchas horas de ilusión y no pocas de sobresalto. El cine no es otra cosa que un ojo abierto a la vida.

R.A.I.

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