Carta a un energúmeno(s).
La mayoría de las cartas tienen un encabezamiento más o menos cariñoso, amable o respetuoso según a quien vayan dirigidas; Querida, apreciado, estimado, muy sr. nuestro,etc., en este caso, obviamente, debe ser todo lo contrario. Comenzaremos, pues, como se merece a quien va dirigida:
Despreciable(s) individuo(os):
Hace ya dos años que por obra y gracia de los habitantes de este pueblo formamos parte del paisaje urbano de la Avenida de las Villas en este pueblo que desde entonces pasó a ser el nuestro. Como cualquiera que llega a un lugar extraño, intentamos echar raíces, aclimatarnos y asentarnos en nuestro nuevo ambiente.
Desde el primer momento parece que no sentó bien nuestra llegada y a más de uno de nosotros nos mandaron a la escombrera por obra y gracia de unos especímenes que por no tener no tienen ni palabra que les califique. Fue la rápida intervención de quienes velan por nuestro cuidado la que evitó que la mayoría, sino todos, acabáramos participando activamente en la hoguera de San Juan. Cómo sería el tema de serio que tuvieron que ponernos barrotes de hierro a nuestro alrededor para poder protegernos. Ironías de la vida, la víctima entre rejas y el delincuente libre (por qué será que esto nos suena …).
LLevábamos ya varios meses de calma, habíamos pasado ya dos calurosos veranos y un par de inviernos típicos de esta zona y hasta una «ciclogénesis explosiva»(sólo nombrarla da miedo) y nos creíamos muy seguros.
Pero, hete aquí que la pasada madrugada del 2 de mayo,día de la madre para más inri, uno o varios innombrables volvieron a emprenderla con nosotros y dos de nuestros compañeros pasaron a engrosar las filas de la leña. De nada sirvió el estar enjaulado; ni tan siquiera los hierros fueron impedimento para que una vez más la barbarie y la sinrazón formaran parte de la «diversión» nocturna de determinados individuos. Lástima que la leña de la que estamos formados no se volviera contra ellos y cual «tío de la vara» los hubiera dado a probar de su propio jarabe.
Estamos indefensos y desprotegidos ante tanto miserable como hay suelto amparado en el anonimato y la nocturnidad. Pero andad con cuidado, porque a cada cerdo le llega su San Martín ,nunca mejor dicho en este caso. Sólo esperamos una cosa, que cuando os pillen con las manos en la masa paguéis como es debido todo el mal que habéis hecho.
Sin afecto y con nuestro mayor desprecio
fdo: Los árboles de la carretera