Comienzan las consecuencias que ya anunciamos en su día de la supresión de las Farmacias de guardia en los pueblos..
Soy vecina de Villoria y desde la revista BESANA quisiera manifestarme ante la rabia e impotencia que sentí ayer sábado 29 de Mayo en el Centro de Salud de Villoria. Tuve la mala suerte de toparme con la Dra Socorro Sánchez y Juan Carlos Herrero, practicante de Hornillos. Mi hijo fue a urgencias a las 11 ó 12 de la noche; ya que tenía fiebre. Le miraron y le recetaron antibiótico (clamoxil). Hasta ahí todo fue bien.
El problema surgió cuando me acerqué a la farmacia y con asombro descubrí que estaban todas cerradas; la más cercana era Salamanca o Peñaranda, o sea a más de 30 km. A esas horas era imposible ir porque no tenía medios. Fui al centro de urgencias exponiendo lo que pasaba y les pedí por favor que me dieran un antibiótico para remediar la noche y ya por la mañana iría a comprar la receta.
Mi sorpresa fue aún mayor cuando se negaron a dármela rotundamente, alegando que no tenían. Les insistí tres o cuatro veces; es más, les dije que me lo prestaran, que se lo devolvería y no me lo dieron. Me engañaron y me humillaron porque tenían el antibiótico. Un Centro de Salud que lleva 12 ó 13 pueblos y que me digan que no tienen ningún antibiótico. Me tuve que salir con una impotencia terrible y al final una vecina humanitaria me dejó el antibiótico y se lo pude dar a mi hijo.
Os pido que, por favor, no os pongáis enfermos un sábado por la noche y tengáis la mala suerte que os pase lo que a mí, encontraros a la Dra Socorro y al practicante de Arabayona, ¡qué tan poca humanidad tienen! Es penoso pero aún existen personas así Con todo afecto.
MERCEDES CORREDERA GONZÁLEZ