Pero esto se globaliza, como todo, y aparecen en escena los llamados países del Este y
un nuevo elemento: el teléfono móvil. Negocio a la vista, llamadas y sms por doquier y el resultado el que todos conocemos. Pregunta que nos hacemos dese esta modesta página : ¿Qué pinta España participando en este circo? ¿ Qué nos cuesta a todos esta pantomima?, no olvidemos que estamos hablando de una televisión pública, financiada con dinero de todos. ¡Ah! Y demos gracias que no ganamos nunca, porque, en ese caso, nos tocaría organizar el Festival del siguiente año y con lo chulos que somos no sólo no renunciaríamos, sino que tiraríamos la casa por la ventana, para algo somos una potencia económica a nival mundial…Eso sí ganar no ganaremos, pero favoritos somos todos los años.
Pero no podía ser, alguien tenía que dar la nota, y apareció el moscacojonera de turno-que tiene que hacer cosas de este tipo para intentar ser alguien en la vida y que la gente le conozca-para boicotear no sabemos qué( porque ya se boicotea por sí solo) y de paso tocar un poco los cataplines al personal. Bien por nuestro representante que supo estar a la altura y mal por la organización, incapaz de prever y evitar de antemano actos de este tipo.
Terminamos: tostón de festival y ración doble para España, pero ni con esas, y un comentarista que estaba más preocupado de si acertaba o no en su quiniela particular que de otra cosa; hasta se permitía el lujo de congratularse y felicitarse por cada acierto, cuando no de pedir a los jurados que no le dejaran mal en sus pronósticos. De traca.
¡PAIS!, que diría Forges.