Carta a mi querida madre Melitina
Madre te escribo esta carta, carta que no se parece en nada a las que con frecuencia te escribía cuando el mundo se reducía a lo que sucedía en aquel lugar que te encontrabas, aquello era tan privado que todo quedaba entre nosotros.
Eran tan bonitas aquellas cartas madre!! Me acuerdo que las encabezaba con aquellas frases tan humanas y sentimentales que en nada se parecen a las que hoy se usan. Recuerdo que empezaba diciendo: » Queridos padres, deseo que cuando recibáis esta os encontréis bien, yo por aquí quedo bien gracias a Dios»…Y seguía escribiendo y diciendo lo que sucedía en el lugar en que me encontraba, porque entonces todo estaba tan lejos que solo con aquellas cartas se podía saber lo que sucedía en otro lugar que no fuera el pueblo. Yo que soy un poco sentimental, recuerdo estas cosas, pero también sé, madre, que el mundo ha cambiado y el no adaptarse al mundo en que se vive es quedarse en el pasado, pasado que no siempre fue bueno y me atrevería a decir que nuestro pasado de bueno, no tuvo nada. Lo recordaremos porque tampoco es bueno olvidarlo.
Pero esta carta quiero que se expanda por el mundo y el mundo sepa que tu existes y lo que tu hiciste por nosotros y también lo que hiciste para que el mundo que entonces había cambiara, porque tu fuiste una adelantada a tu tiempo y aunque tu vida se haya reducido a un espacio tan pequeño como es el pueblo tu eres muy grande, porque no solo te entregaste con pasión a tus hijos y a tu familia, sino que luchaste por defender la libertad y aun hoy con casi cien años sigues defendiéndola con un admirable ahínco ¡Eso es admirable madre!
Ahora que vivimos en un mundo bastante deshumanizado, se han terminado las cartas y las tertulias entre vecinos. El compartir las alegrías y las penas que en aquellas cartas se contaba de aquel lugar de donde se escribía. Sabemos más de lo que pasa a miles de kilómetros de nuestra casa, que lo que le pasa a tu vecino. ¿A que a ti también te parece mal estas formas madre? Yo sé que si, porque a pesar de tu edad, aun tienes una mente lucida, capaz de analizar. Sabes bien que hay que estar al día, pero también sabes que hay días que era mejor no saber lo que pasa en el mundo, porque no nos aporta nada solo intranquilidad. Se esta vulnerando mucho aquella libertad por la que tu luchaste, en aquellos años que mejor es olvidarlos aunque no sea fácil porque el dolor de los sentimientos es peor dolor que el físico que se puede aliviar con una simple aspirina.
Sin embargo, los jóvenes de hoy día viven libres, madre, pueden expresarse de la forma que quieran nadie, ni nada, tiene derecho a coartar su libertad. ¡Que hermoso es esto si esa libertad la usan para el bien de la humanidad!. Pero hay una cosa que no saben los jóvenes, que hace ya muchos años unos pocos fuisteis pioneros y luchasteis por esa libertad que hoy se disfruta, seguro que no saben que hace ya muchos años unos pocos, pagasteis muy caro aquel intento. ¡Ha llegado tarde para ti madre, como lo siento!
Hoy se puede hablar sin miedo, sin tener que sufrir y pagar la intransigencia de aquellos que se creían poseídos de la verdad absoluta, salvadores de la patria y lo único que eran simples puritanos. Me acuerdo cuando pasaban por tu puerta provocándote cantando el cara el sol, eran los intransigentes a los que tu aguantaste por ser una liberal. ¡Cuantas cosas te hicieron y que malas! Te cortaron el pelo al cero junto a otras pocas mujeres liberales, os pasearon con carteles por el pueblo y lo mas grave llegaron hasta asesinar inocentes. Pero mira lo que es la vida madre, tu disfrutas de esa libertad y ellos se fueron de este mundo sin saber lo que era, hoy quizás estén pagando su mala acción si aquel Dios que ellos decían defender y que creían que era solo el Dios de ellos, les ha pedido cuentas.
Tu tienes la suerte de ser la ultima que puede contar como fueron las cosas, otros lo poco que saben es de haberlo oído, porque hoy madre los jóvenes no saben nada de aquel pasado o muy poco…¡Mejor que no lo sepan nunca! Que disfruten de la vida sin envidias absurdas que solo confunden y hacen sufrir.
Aunque no va en un sobre a tu dirección, me gustaría que alguien te hablara de esta carta, aunque tu bien sabes que de esto hemos hablado ya muchas veces pero ahora no es privada, ni censurada como lo eran entonces. Yo lo se bien, pues tu sabes que fui cartero haciendo el servicio militar y antes de salir las cartas del cuartel, un comandante abría las que quería para comprobar lo que en ellas se decía, y todo delante de mis narices sin ningún pudor.
Por cierto varias de aquellas cartas eran escritas por mi, ayudando a aquellos compañeros que aun tuvieron peor suerte que yo, que no sabían escribir, aunque yo poco sabia era capaz de escribirles su carta para que sus padres y sus novias supieran algo de ellos.
Bueno madre como se que en estos momentos te encuentras un poco pachucha desde aquí te deseo que te recuperes.
Te mando un fuerte abrazo y muchos besos, Madre.
Tu hijo Sigi que te quiere.
Estos versos son para ti mi querida madre Melitina:
Yo quisiera al mundo gritarle,
con voz templada y suave
como acariciando el aire,
que eres única, que eres grande.
Árbol con hermosa copa
tronco fuerte que aguantaste
las tempestades mundanas
que en tu camino encontraste.
A pesar de los pesares
te repito ¡tú eres grande!
con un temple bien pulido
y un carácter envidiable.
Esto no son lindas flores
quiero que el mundo lo sepa
que te has pasado la vida
dando amor y dando entrega.
Eres templo que has repartido el saber
con el libro que llena tu larga vida
en el hemos encontrado
ciencia que no estaba escrita.
Y sigues… porque yo, ayer,
tu lucida mente admiraba,
cuando hablando de la vida,
escuchaba tu saber en tus certeras palabras.
Eres grande y admirable, te repito
eres dulzura y tesón
siempre te has hecho querer
siempre has repartido amor.
Son los monumentos obras
que la gente contempla y admira
tu eres templo has dado vida
yo te admiro madre mía.
Cuando veo a esas viejitas
con su blanca cabellera
¿Me pregunto como llevaran su corazón?
seguro que van pensando,
¡de mi, el mundo ya se olvidó!
Madres que tristes y solas os deja la vida,
pero no os quejáis,
todo cuanto amasteis va por dentro
de vuestra piel arrugada
solo os preguntáis
¿seré por alguien recordada?
Sois rosales solitarios
con el tronco por el tiempo retorcido
en el jardín de la vida
pero seguís dando rosas de inigualable color
que es el color del recuerdo del amor .
Ellas madre como tú,
son monumentos vivientes
aunque pasen por la calle despacito
seguro que van pensando
¿me querrán a mí como yo he querido?
Estos versos son para ti
yo te recuerdo madre mía
que te has pasado la vida
repartiendo amor y alegría.
¡ahora pido que tu vida siga y siga!
Por eso con esta carta
yo lanzo mi voz por los aires
que el mundo sepa de ti
y lo grande que tú eres
antes que todo se acabe.