¿De donde eres?, de Villoria .¡ah!, del pueblo de la mimbre. No, hombre, no, ese es Villoruela, Villoria no tiene nada que ver con la mimbre.
Esta es una pregunta y una respuesta muy frecuente cuando entablamos conversación con algún paisano salmantino que no conoce bien nuestra zona. Bueno, digamos que la respuesta suele ser un poco más hostil y con algún calificativo a veces subido de tono para con nuestros vecinos.
En el fondo nos fastidia que nos tengan que conocer desde fuera por ser un pueblo limítrofe con Villoruela y no por nosotros mismos. Pero tranquilos, ahí estamos nosotros para defender con uñas y dientes nuestra particular idiosincrasia. Y de hecho algo tiene que haber para que nos sintamos tan orgullosos de pertenecer a este pueblo, salvo excepciones que, en este caso creemos que bien confirman la regla.
Si miramos la evolución de los pueblos que están a nuestro alrededor, ninguno ha podido o ha sabido mantener su población: Cantalpino, Cantalapiedra, Macotera, antaño pueblos con una cantidad de habitantes superior a Villoria ahora están por debajo de nuestro pueblo en número de vecinos. El mismo Villoruela, Babilafuente , pueblos con cifras superiores a mil habitantes, hace unos años que han perdido este límite.
En Villoria no ha ocurrido esto, nos hemos mantenido en torno a los mil quinientos habitantes y así llevamos muchos años. ¿Cuáles han sido las causas? Pues se nos ocurren varias: La proximidad a Salamanca y unas comunicaciones que han ido mejorando con el tiempo, las infraestructuras básicas con las que está dotado el pueblo: abastecimiento, alcantarillado, pavimentación de calles, alumbrado, parques, zonas de recreo, colegio, instituto a pocos kms.(¡qué pena!) , y una particular oferta interesante para la juventud: campo de fútbol, pabellón, piscinas, teatro, pubs, bares, discoteca. En fin, ¿Qué más podemos pedir?.
Pero alguien dirá: esto también lo tienen en mayor o menor medida la mayoría de los pueblos mencionados, incluso más, porque contaban y cuentan con algo de industria y mira lo que les ha ocurrido. Ahí queríamos llegar. Es en este punto donde vamos a marcar las diferencias.
A saber dos son las que creemos más importantes: la primera es la política llevada a cabo por los distintos ayuntamientos tanto de un signo como de otro encaminada a que la gente joven tuviera la oportunidad de fijar aquí su residencia habitual. Se podría haber hecho mejor o peor, de una manera u otra, podremos estar de acuerdo o no en las formas, pero el fondo era bueno y de hecho se están viendo los resultados.
La segunda, y no por ello menos importante, es a la que siempre apelamos cuando hablamos de nuestro pueblo: nuestra condición de villorejos ¡ y a mucha honra! solemos decir. Entre nosotros nos podremos llevar mejor o peor, llamarnos de todo, ser de un bando, de otro, de ninguno…., pero ¡ojo!, que nadie hable mal de Villoria, porque inmediatamente nos pondremos en guardia y defenderemos nuestro pueblo a capa y espada.
Una cosa si que es cierta. Para que este pueblo siga adelante es necesario que sigamos apostando por él. A todos aquellos que estáis lejos de Villoria, permitidnos una licencia.: Sabéis que estamos con vosotros, que más de una vez nos hemos hecho y nos haremos eco de lo importante que seguís siendo para Villoria. Pero esta vez toca romper una lanza a favor de todos aquellos que vivimos aquí todo el año y que estamos a las duras y a las maduras, con calor, con frío, con ambiente, sin ambiente, con fiestas, sin fiestas, con crisis, sin crisis….aquí tampoco atamos los perros con longanizas y,creedlo, cuando se esta en buen rollo y buen ambiente es muy fácil hacer patria, cuando hay que estar a las duras es mucho más difícil. Pero nosotros estamos, por eso Villoria sigue moviéndose, sigue adelante, en definitiva: SIGUE VIVA