¿De donde eres?, de Villoria .¡ah!, del pueblo de la mimbre. No, hombre, no, ese es Villoruela, Villoria no tiene nada que ver con la mimbre.
En el fondo nos fastidia que nos tengan que conocer desde fuera por ser un pueblo limítrofe con Villoruela y no por nosotros mismos. Pero tranquilos, ahí estamos nosotros para defender con uñas y dientes nuestra particular idiosincrasia. Y de hecho algo tiene que haber para que nos sintamos tan orgullosos de pertenecer a este pueblo, salvo excepciones que, en este caso creemos que bien confirman la regla.
Si miramos la evolución de los pueblos que están a nuestro alrededor, ninguno ha podido o ha sabido mantener su población: Cantalpino, Cantalapiedra, Macotera, antaño pueblos con una cantidad de habitantes superior a Villoria ahora están por debajo de nuestro pueblo en número de vecinos. El mismo Villoruela, Babilafuente , pueblos con cifras superiores a mil habitantes, hace unos años que han perdido este límite.
Pero alguien dirá: esto también lo tienen en mayor o menor medida la mayoría de los pueblos mencionados, incluso más, porque contaban y cuentan con algo de industria y mira lo que les ha ocurrido. Ahí queríamos llegar. Es en este punto donde vamos a marcar las diferencias.
A saber dos son las que creemos más importantes: la primera es la política llevada a cabo por los distintos ayuntamientos tanto de un signo como de otro encaminada a que la gente joven tuviera la oportunidad de fijar aquí su residencia habitual. Se podría haber hecho mejor o peor, de una manera u otra, podremos estar de acuerdo o no en las formas, pero el fondo era bueno y de hecho se están viendo los resultados.
La segunda, y no por ello menos importante, es a la que siempre apelamos cuando hablamos de nuestro pueblo: nuestra condición de villorejos ¡ y a mucha honra! solemos decir. Entre nosotros nos podremos llevar mejor o peor, llamarnos de todo, ser de un bando, de otro, de ninguno…., pero ¡ojo!, que nadie hable mal de Villoria, porque inmediatamente nos pondremos en guardia y defenderemos nuestro pueblo a capa y espada.