Creo que es una de las pocas zonas de nuestro pueblo a la que la gente acude por voluntad propia y con claros signos de hermandad, amistad y buen rollo. Últimamente observo que la ciudadanía la respeta un poco más, recoge toda la basura, no dejan ni tan siquiera restos de comidas y respeta el entorno en la medida de lo posible. Siempre con alguna excepciones, que las hay, pero que en este caso son minoría.
¿Os habéis dado cuenta de que todas las convocatorias y los actos que se hacen en la alameda son para disfrutar de la amistad y de su microclima? ¡Que pena que los árboles no dejen huella de los testigos que por ella pasan al igual que los anillos de su tronco! Me imagino que escucharán: anécdotas, chistes, risas, chascarrillos , las voces de las madres a sus niños, algún susurro amoroso de las parejas que la frecuentan y, sobre todo, ¡que curioso estando tan cerca del pueblo!, la voz de la experiencia de nuestros mayores contando sus historias en medio de la paz y la tranquilidad que allí se vive. Tranquilidad que, supongo, no les alterará la escuela de verano que en estos días están disfrutando nuestros niños y monitores.
Es punto de referencia para citas desde fuera de nuestro pueblo. A ella acuden vecinos de otras localidades, grupos de mayores, jóvenes, niños, madres, colectivos etc..,es el lugar ideal en este tiempo veraniego para el reencuentro de amigos y familiares que no se ven durante el resto del año. Ella es testigo mudo de chocolatadas y guisos para comidas multitudinarias de las que daremos cuenta en las fiestas correspondientes.
Reflexionad sobre lo que la alameda representa para todos nosotros y mimémosla considerándola una más de nuestra familia, cuidándola, limpiándola y sobre todo respetándola.
PROPONGO, desde esta página, DECLARARLA BIEN DE INTERES AMISTOSO o icono de la amistad de toda nuestra villa.
EL WAPO