¿Y qué es morir? Dejarnos las pasiones.
Luego el vivir es una larga muerte.
Luego el morir es una dulce vida.
Como en la mayoría de los pueblos y ciudades de toda España, este es un día en el que recordamos en conjunto a nuestros difuntos. El cementerio se viste de gala; las flores, tanto artificiales como naturales, adornan las tumbas de nuestros seres queridos.
El tiempo no ha acompañado a la celebración de esta fiesta. El fin de semana ha sido lluvioso y con mucho viento, lo que ha impedido que la gente adornara las tumbas de sus familiares con la antelación de otros años. Pero el mal tiempo ha dado una tregua el mismo día uno y el acto religioso programado por la tarde para honrar a nuestros muertos ha podido celebrarse con todo normalidad, contando con la presencia de un buen número de vecinos.
Un año más, y cada vez va siendo más frecuente, la celebración religiosa se ha mezclado con la pagana. La fiesta de Halloween tiene cada más seguidores, y este año hemos podido ver como grupos, tanto de niños como de mayores, han celebrado la noche de los difuntos con todo tipo de disfraces relacionados con la muerte.
Nosotros vamos a quitar un poco de hierro al asunto y desde aquí vamos a poner un poco de humor, aunque sea humor negro y os ofrecemos una serie de epitafios que se pueden leer en algunas tumbas
Aquí yace mi mujer, fría como siempre
Señor, recíbela con la misma alegría con la que yo te la mando.
Aquí yace mi marido, al fin rígido.
Aquí yaces y haces bien… tú descansas y yo también
Ya estás en el paraíso, y yo también.
Buen esposo, buen padre, mal electricista casero.
A mi marido, fallecido después de un año de matrimonio. Su esposa con profundo agradecimiento.
Aquí yacen los polvos de mi querida esposa, que los tuvo maravillosos en su vida
Necesité toda una vida para llegar hasta aquí.
Aquí yace Isabelita, que por ser tan buena y no querer, se fue para la otra vida con muy poquito placer
Por fin dejé de fumar
Aquí yace uno en contra de su voluntad
Por aguantarme un peo aquí me veo
Vivió mientras estuvo vivo
Y terminamos con el más conocido que, según dicen,está en la tumba de Groucho Marx:
PERDONEN QUE NO ME LEVANTE