…a aquellas personas que viven con menos del 50% de la Renta Media Disponible Neta (Rdn). No sé cuáles son los baremos que utiliza la Unión Europea para marcar la línea que delimita una persona pobre de otra que no lo es. Lo preocupante es que en España tenemos ocho millones de pobres, 2.150.000 hogares, aproximadamente el 20 % de la población, que se dice pronto.
Los estudios muestran también que la pobreza en España es esencialmente urbana y que afecta sobre todo a inmigrantes, mujeres y jóvenes: cuatro de cada diez pobres y seis de cada diez pobres extremos tiene menos de 25 años. El estudio de la Fundación Faessa para Cáritas muestra que entre los años 2007 y 2009 la tasa de pobreza ha aumentado un 3,4%, es decir, un millón de pobres más. El estudio también habla de la exclusión social, que ha pasado del 15,3% al 18,3% en 2009. A los excluidos sociales la pobreza les afecta el doble y también les cuesta salir de ella el doble de esfuerzo que a los demás.
Los números son fríos y aburridos, el problema es cuando hay que poner cara a cada una de esas personas que aparecen en las encuestas, a cada una de esos millones de tragedias diarias que se están produciendo en nuestro país. No hace falta mirar muy lejos; ejemplos los tenemos aquí mismo, en Villoria, en nuestro mismo barrio o al lado de nuestra casa.
Este ha sido el resultado de las mil veces proclamada política social del Gobierno, del autobombo, del buen rollito y de la falta de responsabilidad de los indigentes intelectuales que nos gobiernan. Y no se hagan ilusiones porque esto va para largo. España necesita crecer a un ritmo de entre el 2 y el 3% anual para crear empleo y eso, a día de hoy, es como pedirle peras al olmo.
El presidente del Gobierno se reunió la semana pasada con las empresas más importantes de España. Pocas veces ha habido más personas millonarias por metro cuadrado que en esa habitación. A mí muchos me sonaban, no tanto sus nombres como las empresas a las que representan. Me sonaban porque cada mes algunas de ellas me envían puntualmente a casa una carta que me da miedo abrir: Repsol, Telefónica, Iberdrola…escalofríos me entran.
Ojalá la reunión haya servido para algo y pronto veamos los resultados, pero a mí me pareció que allí faltaba gente. Faltaba, por ejemplo, un hombre con callos en las manos de tanto llamar a las puertas buscando trabajo, un ama de casa que estira milagrosamente el escaso sueldo para mantener a sus hijos, un emigrante que un día llegó a España pensando que saldría de la miseria…faltaba alguien que le contara a nuestro presidente la verdad, faltaba, en definitiva, la cara humana de los números.
EL PÁNCARO.