Con la llegada del nuevo año he decidido dar un cambio radical a mi vida; he tomado una decisión y la voy a cumplir a rajatabla. No es bueno acomodarse y dejarse llevar por la monotonía diaria. Hay adelantarse y tomar cartas en el asunto en esta sociedad que avanza tan deprisa que no te da tiempo a ponerte al día. Voy a dejar de lado las viejas costumbres y adaptarme a las nuevas exigencias y requisitos de la vida moderna.
El dinero que me voy a ahorrar lo voy a emplear en mi salud física. Pienso apuntarme al nuevo gimnasio de Villoria y darme unas tocatas de aúpa: fitness, spinning, unas pesas, estiramientos…cualquier cosita de estas que me ponga un cuerpo diez, con mis músculos bien definidos y marcando pechito como Dios manda. Verás tú lo poquito que me va a durar esta barriguita cervecera. En pocos meses tendré una tableta de chocolate de agárrate y no te menees.
Mientras voy haciendo todo esto pondré al día mis conocimientos de inglés con un curso interactivo con profesores nativos, nativos de Inglaterra claro, que sin el inglés ya no eres nadie y te pierdes la mitad de las cosas que pasan en el mundo. La otra mitad dependen del dominio de la informática, por supuesto, para lo cual ya me he apuntado a un curso intensivo de «e-learning», «office», «word», «chats», redes sociales, diseños de páginas web, etc. Todo esto destinado a convertirme en un verdadero ciudadano del mundo y saborear todas las posibilidades que tenemos delante de nosotros y que nos empeñamos en ignorar.
No, por supuesto que no me olvido de la alimentación y aporte nutricional que necesita un cuerpo como el que yo pienso tener. En esto es necesario el equilibrio y para conseguirlo, además de la vida sana y el ejercicio físico, necesito una dieta perfectamente estructurada, hipocalórica y con nada de grasas. Estoy dudando entre varias: la dieta «ovolactovegetariana», la «macrobiótica»o la de la alcachofa. Me asesoraré antes de tomar una decisión. En cuanto a la otra dieta, la que todos estáis pensando, no sé si hacer la del «cucurucho» o la del «teto». A lo mejor no son incompatibles y puedo practicar las dos a la vez, aunque tendré que pedir opinión a mi mujer.
Todo esto me lo voy a tomar muy, pero muy en serio; como si me fuera la vida en ello. Pienso ser constante y no caer en ninguna tentación que me aparte del camino que me he marcado. Habrá un antes y un después en mi vida. Sólo lamento el tiempo que he perdido por no haber tomado antes todas estas decisiones. Me he propuesto ser un hombre nuevo y lo voy a conseguir me cueste lo que me cueste, faltaría más. Os contaré más adelante los resultados obtenidos, que seguro serán espectaculares, ¡ya me estoy viendo!. Como dijo un día Alfonso Guerra hablando de otra cosa, «no me va a conocer ni la madre que me parió».
EL PÁNCARO.