ESTE AÑO ES EL TURNO DE LOS KAKARIQUES. CONSULTA AQUÍ EL PROGRAMA.
Los Quintos es una fiesta tradicional en muchos puntos de España y Villoria es uno de ellos. Tradicionalmente esta fiesta se celebraba por hombres cuando éstos marchaban al servicio militar obligatorio a los 18 años, pero los tiempos han cambiado ya que ahora también es celebrado por mujeres y además el sentido de la fiesta es diferente: Ahora se celebra la llegada a la mayoría de edad.
Esta fiesta comienza el primer fin de semana de enero, tras la venida de los reyes magos. El sábado, los quintos y quintas cenan en el actual alberque o «casa de los quintos» y tras esto salen a tomar unas copas a los bares y pubs de Villoria. Sobre las 4 de la madrugada, los chicos suben al monte en busca de leña para poner lumbre el próximo fin de semana en el caseto de los quintos. Antiguamente sí se cortaba la leña, pero ahora ya no, se sube para pasar un buen rato con los amigos. A continuación se regresa al pueblo y se comienza a rondar a las «mozas» que esperan en sus casas con embutidos, bollos y chupitos para que los quintos no se queden dormidos. En la última casa que se ronda es tradición tomar un chocolate caliente y aquí termina la fiesta hasta el siguiente fin de semana.
El viernes, los quintos se ponen sus mejores galas, éstas se componen de gorro, pantalón y chaqueta vaquera, adornada con flores y cintas de colores, y desde bien temprano los quintos salen por las calles del pueblo a pedir el aguinaldo a las mujeres que van a comprar, también se va a la guardería y al colegio donde se da un puñado de caramelos a los niños. Tras la comida, los jóvenes continúan pidiendo casa a casa, ya sea dinero para pagar el baile o algo comida a cambio de un puñado de caramelos y golosinas. Tras la cena termina la fiesta por hoy ya que hay que reponer fuerzas para el sábado, el día «grande».
El sábado, los quintos y quintas despiertan al pueblo de Villoria con cohetes y petardos y con el bombo de Paco «el carretero». Con esto, los quintos quieren avisar de que se va a celebrar la misa en su honor. Con gallo en mano, se dirigen al camino de San Benito, donde se «corren las cintas». Allí quinto a quinto montados en uno de los burros cogen carrerilla y al llegar a la cuerda donde está el carrete con la cinta, tiran de ella para dar la bienvenida a la mayoría de edad. Alrededor de ellos familiares y amigos, aplauden y cantan en este momento tan especial. Antes, los muchachos colgaban un gallo al que mataban pero ahora el gallo se lleva en el carro de los burros y solo se ofrece en la Iglesia.
La comida del día suele ser una gran paella elaborada por los padres, que dará paso a la capea que se celebra en la plaza de toros de Mundo (Jose el de la Capri) donde más de uno se llevará un buen revolcón. Por la noche, tras la cena, los quintos invitan a todo el pueblo al baile donde despedirán la fiesta y entregarán el bombo a los «entrantes» es decir a quienes les van a suceder el año que viene, y a los que se les pone un mote.
La fiesta de los quintos realmente no acaba aquí, si no que termina el 1 de mayo con la puesta de «El mayo»: un tronco largo que se pone junto al pabellón y que no será retirado hasta pasado un año, y también en este día, es tradición ir a tirar el mayo de nuestros vecinos jurdanos.
Éste año es el turno de la Quinta del ’92, apodada como los Kakariques y los entrantes del ’93 apodados como los Rozanalgas. Consulta su programa aquí.