«Conviene hacer alguna reflexión sobre esta fiesta chica de nuestro pueblo.»
La tradicional comida de la paella ha sido el acto que ha puesto punto y final a unas fiestas que se nos pronosticaban pasadas por agua, pero que al final se han desarrollado sin apenas incidencias climatológicas salvo algún que otro chaparrón nocturno que no impidió que la juventud se divirtiera a sus anchas, y que el resto hicieran lo que vienen haciendo todos los años: dividirse entre bares, baile y casa, con lo cual el ambiente que se supone que este sector de población debiera dar a determinados actos (baile por ejemplo) brilla por su ausencia.
Independientemente de lo atractivo o no que haya resultado el programa de festejos elaborado por el Ayuntamiento,-que al fin y al cabo viene a ser más de lo mismo- conviene hacer alguna reflexión sobre esta «fiesta chica» de nuestro pueblo.
La consecuencia de todo esto es que las calles del pueblo se quedan mas vacías que en un Barcelona-Madrid. Penoso el ambiente que presenta nuestro pueblo este día y que no ayuda nada a la proyección de esta fiesta de cara a atraer a gente forastera.¿Habrá alguien que intente buscar una solución?.
La segunda tiene mucho que ver con las fechas de la fiesta: Resulta que el día que más ambiente hay , debido a que el siguiente es festivo para casi todos, es el día que menos protagonismo se le da. Por el contrario, y dejando a un lado el propio Lunes de Aguas del que ya hemos hablado, el martes es un día que se nos antoja fuera de contexto, debido a que hay un buen número de gente que se incorpora a sus trabajos y que no puede disfrutar de este día.
En definitiva, una fiesta más que este año ha coincidido con festejos en varios pueblos de los alrededores pero que no son disculpa para haber resultado un tanto sosas por emplear un término suave. Conclusión: si queremos que esto no se quede centrado en lo que hacen en todos los pueblos como es la de salir al campo el Lunes de Aguas, sería conveniente que quien tenga competencias directas en el asunto ponga manos a la obra, hable con la gente y busque soluciones para que nuestra segunda fiesta no se quede en un simple «Subir al monte».