Manuel Lisardo Sánchez, doctor en ciencias biológicas, especializado en el campo de las neurociencias explica,amplia y detalladamente en su libro,en que consiste este problema.
-Lisardo es habitual colaborador de Besana en la sección deportes y muy conocido en nuestro pueblo por todos los jugadores y seguidores del Promesas, donde militan dos de sus hijos-
Manuel Lisardo Sánchez Merchán (Salamanca, 1962) y Rafael Coveñas Rodríguez (Jerez de la Frontera (Cádiz), 1957) son doctores en Ciencias Biológicas que se han especializado en el campo de las neurociencias. Este libro representa su primera colaboración en un texto de divulgación científica, no obstante, son autores de trabajos científicos publicados en revistas especializadas y en el libro titulado «Focus on Neuropeptide Research». Rafael Coveñas Rodríguez es profesor titular de Biología Celular de la Universidad de Salamanca (Facultad de Biología) y miembro del Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCYL)
En 1872 el Dr. Berlin introdujo el neologismo dislexia, desde entonces este trastorno ha sido abordado por médicos, psicólogos, pedagogos, educadores,… Cientos de investigadores y millones de padres la han tratado en diferente grado; los primeros dejando constancia de sus estudios a través de artículos y libros y los segundos enfrentándose con cierto desconocimiento y escasos recursos ante una particular forma de ser de sus hijos.
Prólogo
Conviene justificar las razones por las que se afronta la dura, aunque reconfortante, tarea de escribir un libro. Debe saber el lector que este libro tiene una modesta, pero entrañable historia previa. Lisardo Sánchez conoció la existencia de la dislexia, cuando hace más de 15 años, una responsable profesora le citó para explicarle que su hija Rebeca, ante sus primeros trazos de escritura, había escrito su nombre con caracteres especulares de los convencionales. Esta profesora citó la dislexia y desde ese momento es fácil entender que la lectura de libros, artículos y visitas a especialistas fue algo habitual para este sorprendido padre. Más tarde nacieron Sergio y Álvaro, ambos con similares signos. Los tres han sido y son hijos maravillosos, pero moderadamente disléxicos.
Tras la colaboración en un par de trabajos de investigación neurobiológica (neuropéptidos en la médula espinal del gato) los autores de este libro mantienen una cordial relación personal e investigadora. Lisardo Sánchez afronta la investigación como una actividad enriquecedora y casi lúdica, mientras que Rafael Coveñas, en su condición de profesor universitario, la desarrolla como profesión. Lisardo Sánchez desarrolla su vida profesional como Técnico Superior de la Junta de Castilla y León, alejado de los laboratorios, por lo que propuso a Rafael Coveñas la redacción del libro que este texto prologa, como reto científico-divulgativo, compatible para ambas situaciones laborales. La sinergia entre ellos ha funcionado y la prueba evidente está en las manos del lector.
Aquí acaba la aportación personalísima a este libro, desde este momento el texto se redacta con criterios objetivos y estrictamente científicos.
Inicialmente la descubrieron y describieron los médicos, en las postrimerías del siglo XIX, con posterioridad el resto de profesionales han hecho esfuerzos importantes para estudiarla, entenderla, definirla y proponer tratamientos y remedios. En el siglo XX y especialmente en su parte final se generalizaron las publicaciones de contenido psicológico. Las modernas técnicas de investigación biológica en general y neurobiológica en particular han aportado interesantes datos que poco a poco centran el conocimiento y nos ayudan a comprender las interacciones anatómicas, histológicas, celulares y moleculares que se esconden tras esta disfunción.
Es evidente que existe una considerable frontera entre los textos surgidos de las diferentes disciplinas científicas. Todas las aportaciones han sido y son esenciales, pero parece necesario construir un espacio compartido donde unas y otras se contrasten y se pueda establecer el necesario paralelismo entre las manifestaciones cognitivas anormales y su trasfondo genético, celular y molecular. Durante años, las diversas disciplinas han divergido, pero descubierto el interés común, es hora de encontrar beneficios en el poder explicativo de cada una de ellas y aprovechar eficazmente la convergencia. La dislexia, como se verá en el texto, se manifiesta fundamentalmente como problema de aprendizaje. Ante el reto de hacer más efectivo ese aprendizaje, es útil la confluencia multidisciplinar. Evidentemente este libro no cubre esta fractura, pero establece puentes y propone retos a afrontar en los próximos años.
Se ha empleado un importante esfuerzo en aunar en su contenido y en su redacción las aportaciones de esas disciplinas, pensando especialmente en lectores menos formados, pero siempre interesados en la dislexia. Para ello se parte de una documentada exposición de la comunicación humana (capítulo 1), esto es el lenguaje, tratado como mejora evolutiva y esencial para la supervivencia de la especie, analizando su aparición y su revolucionaria aportación a la configuración que hoy día tiene nuestra especie. Se centra el texto en la concepción genérica del lenguaje, su sustrato anatómico y la relación con la inteligencia y la abstracción. Introducido el lenguaje, el libro desarrolla conceptos relativos a un lenguaje subsidiario del primero, la lecto-escritura (capítulo 2), adentrándonos en sus orígenes, sus manifestaciones, su evolución y reciente universalización.
Estos dos capítulos, previos pero necesarios, conducen al primero que trata la dislexia (capítulo 3). En él se recogen las connotaciones más básicas sobre el trastorno, la diferencia entre dislexia adquirida y dislexia evolutiva. Se han transcrito el amplio repertorio de signos asociados a ella, concluyendo con las definiciones y sus clasificaciones. Se incluye un capítulo que resume las diferentes fases por la que ha pasado el estudio de la dislexia atendiendo a la metodología, ciencias fundamentalmente interesadas en ella y tendencias explicativas de la misma (capítulo 4). Por su parte el quinto capítulo hace un recorrido por las investigaciones que han intentado encontrar los sustratos anatómicos que justifican el trastorno.
El texto termina con dos capítulos, uno referente a la penetrancia y estudio de los diversos tratamientos experimentados y propuestos para resolver esta disfunción, con indicación de los resultados obtenidos (capítulo 8), y otro en el que se redactan las conclusiones del trabajo recopilador a las que se añaden las propuestas que procede acometer para seguir profundizando en el conocimiento y resolución de la dislexia (capítulo 9).
Cada uno de los capítulos incluye en su parte final un esquema que recoge los conceptos básicos que en él aparecen.
Se ha creído oportuno facilitar al lector una serie de direcciones de Internet a través de las cuales se puede contactar y conseguir información de asociaciones y especialistas relacionados con la dislexia.
En la redacción del texto se advierte claramente su finalidad divulgativa, cada vez que se introduce un término científico o psicológico se procura aclarar su significado con anotaciones entre paréntesis y/o pequeñas aportaciones que facilitan su comprensión. Ha sido inevitable recurrir a decenas de denominaciones anatómicas, las cuales pueden quedar resueltas con la consulta de las figuras que se insertan. No obstante, para facilitar la consulta puntual de algunos de estos términos, se añade un breve glosario de unos 200 conceptos que aparecen en la redacción del texto. Cuando una de éstas denominaciones aparece por primera vez en el texto, se resalta con letra negrita, para hacer saber al lector que en el glosario aparece una breve definición de la misma. En estas definiciones se ha optado por exponerlas con una redacción sencilla, y en todo caso, alusiva exclusivamente a la acepción con que se usa el término definido en el texto.
>N.B.: El libro se puede comprar a través de internet en la Editorial Club Universitario (ECU) y en la librería Víctor Jara