Ahí estamos como buenos y bien mandados trabajadores cumpliendo una de las últimas voluntades del ínclito Lanzarote que, fiel a sus cacicadas de los últimos meses, ha devuelto el nombre original a la calle a la que caprichosamente se lo cambió.
Ahí tenemos al bueno de nuestro paisano Jose Luis, poniendo a Gibraltar en su sitio y mandando al Expolio al sitio de donde nunca debió salir. Foto para el anecdotario y el recuerdo.
Un saludo a todos los «currantes» de este pueblo que son muchos y buenos.