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JULIÁN Y JAVIER: HASTA SIEMPRE A DOS BUENOS PROFESORES


Entre foto y foto, felicitación y felicitación, tuvimos la ocasión de charlar con los dos homenajeados por su jubilación. Tanto Julián como Javier comenzaron su etapa en Babilafuente cuando el I.E.S. Senara se inauguró hace ya catorce años.

Julián es natural de Villoria y, aunque reside en Salamanca, viene de vez en cuando al pueblo donde conserva la casa de sus padres. Es profesor de Educación Física y afirma que ésta «no debe considerarse como una simple asignatura» y mucho menos de las llamadas «marías», recalca que «No se trata solamente de ejercicio físico, también es una actitud ante la vida, , siempre estás en contacto con la naturaleza, organizando torneos, competiciones marchas etc.» «Es importante también para la salud sobre todo para paliar los efectos de la obesidad». A lo largo de todos estos años Julián nos dice «He intentado inculcar a mis alumnos lo principal de la educación física para qué les puede servir el resto de la vida» . En cuanto a que resaltaría en toda esta etapa, nos explica que ha habido momentos buenos y malos, pero que estos prefiere olvidarlos y quedarse con lo bueno, sobre todo con «la gratitud de los chavales que, al final, se dan cuenta de que uno intenta ayudarles y hacerle el bien» «En general la experiencia que me queda es gratificante porque los mismos alumnos lo agradecen como lo han demostrado estos últimos días que han sido muy emocionantes».

Javier es el otro profesor jubilado. La asignatura que imparte es la Física y Química y es el profesor que todo alumno le gustaría tener. Nos habla de las dificultades que tuvieron en los comienzos «Lo dieron-el instituto- en julio y tuvimos que matricular en las escuelas. El centro no estaba todavía habilitado. Le faltaba agua, luz… Le faltaba todo, no había ni un árbol. Esto era un erial y lo fuimos sacando adelante poco a poco.De los primeros profesores sólo quedamos Julián , Fernando, Luis , Esperanza y yo mismo.»

Por lo que respecta a como ha sido su relación conlos alumnos estos catorce años, nos dice que «Siempre me he llevado muy bien con los chavales. A mi el trato con ellos no me cansa. Lo que realmente me cansa es la administración: evaluar, corregir, poner notas». «Yo he querido ayudar a todos» y añade: «En mi asignatura no se ha retirado nadie; he intentado hacerla motivadora, incluso con algún chiste de vez en cuando, y dando importancia a que el alumno sepa estudiar, que tenga método de estudio, porque eso siempre queda».
Reconoce que » su profesión es bonita», que le ha dado más alegrías que disgustos, pero que a medida que han pasado los años y han aumentado el número de alumnos, la memoria le está jugando malas pasadas : «Me duele mucho que un alumno se me acerque por la calle y no le recuerde, porque se que a ellos también les duele. Para paliar esto, recurro a las fotos, utilizo el archivo que tengo y allí recuerdo».
«A pesar de todo estoy contento», comenta, y resalta «no he tenido problemas con mis alumnos. Siempre se han portado muy bien conmigo» «Es verdad que esperaba más de algunos y menos de otros, y luego ha sido al revés, por eso no valen los juicios prematuros, hay que darles tiempo a todos»
Javier se despide de nosotros señalando que «al final lo que importa es que sean felices, ya sea trabajando de jardinero, ingeniero o arquitecto…»

Muchas gracias a los dos por su amabilidad y desearle lo mejor en esta nueva etapa.de su vida.

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