TRABAJAR Y LUCHAR CON LOS MÁS NECESITADOS
Roberto nos habla de su experiencia en Perú
En una sala de teatro casi repleta y con un auditorio que sabía lo que iba a ver y oír, se proyectó un vídeo de una media hora de duración donde quedaba retratado todo un pueblo, toda una comunidad de indígenas en una zona del Amazonas peruano con una población de unos 300.000 habitantes desperdigados en más de 150.000 kilómetros cuadrados de selva. A los que hemos leído los artículos que ha enviado a esta página y hemos podido charlar con Roberto en otras ocasiones, lo que veíamos en el vídeo nos resultaba casi familiar, tal era la exactitud con la que nos había descrito. Pero aquí pudimos-aparte de ver sus caras-, oír sus voz, sus quejas, sus reivindicaciones y ver su forma de vida y costumbres.
La comunidad de misioneros dominicos lleva más de 100 años evangelizando y prestando su ayuda en todos los sentidos a los habitantes de esta zona. En la actualidad no quedan más de 15 misioneros ejerciendo esta labor a diario con un gran sacrificio personal. No es dinero lo que más necesita esta gente. Los recursos con los que cuenta esta nación son inmensos y es prioritario, por encima de todo dotar a esta comunidad de los recursos básicos para que tengan una educación adecuada y puedan vivir dignamente siempre sin perder su identidad como pueblo. La tarea no es nada fácil porque siempre van a chocar con los intereses de las grandes empresas y de unos políticos poco o nada implicados en esta lucha.
En esta labor religiosa, educativa, humanitaria, de servicio desinteresado a los demás y de denuncia ante quien corresponda es en la que está inmerso en cuerpo y alma ahora R.A.I.
Nada que ver esta forma de entender la religión y de servir a los demás con esa otra Iglesia que hemos tenido oportunidad de ver estos días en multitud de informativos y de programas especiales sobre la visita del Papa. Cada cual que saque sus propias conclusiones.