Así es como uno de nuestros paisanos vive esta tradición
Estimados vecinos.
Hoy quiero compartir con vosotros una tradición que llevo haciendo varios años, y que para mí es de las más entrañables de las fiestas.
Y nos dimos cuenta que esa tradición no se debía perder, así que se cogió una sábana y se pintó un toro como DIOS manda y debajo puso VILLORIA.
Fuimos donde Conce, cogimos las llaves de la Iglesia y para arriba a colocarla. Subimos por las escaleras de la torre, que dan un miedo… y cuando abríamos la puerta del suelo del campanario: ¡¡ toda la palomina encima nuestra !!! Que mierda coge eso con las palomas.
Después subimos al tejado que estaba muy mal, y con una escalera de madera que hay alli y que apoyábamos en el tejadillo más alto de la Iglesia (que ahora ya no se puede porque hay un nido muy grande, y es muy peligroso), la colocamos por primera vez.
Y como no, siguiendo la tradición, tengo que confesar que con mucha vergüenza, agarramos las cuerdas de las campanas y a tocar fuerte. Lo que nos reímos haciéndolo.
Cuando salíamos de la Iglesia unos estaban contentos, pero alguna mujer nos echaba la bronca, porque se pensaban que había fuego !!!
Que algarabía se montaba, los niños corríamos dando voces, la gente salía a las puertas preguntando si había fuego … hasta que alguien decía: ¡¡ Es que han puesto » LA MARISECA», ya están ahí las fiestas !!!, y a la gente se les cambiaba la cara de preocupación por la de alegría.
Pues bien yo ya llevo unos cuantos años siguiendo con la tradición, esperando que nunca se pierda. Esperando que esos niños vuelvan a correr a ver poner LA MARISECA, a tocar las campanas y que la gente salga a las puertas, a salir de la Iglesia, y que nos siga cayendo la bronca. Y que al verla se nos ponga la piel de gallina porque: ¡¡¡ YA ESTÁN AHÍ LAS FIESTAS !!!
Alex.