BASI Y MANOLI HAN QUERIDO DENUNCIAR LA SITUACIÓN QUE VIVIERON EL PASADO SÁBADO
«Esta noche, mientras estaba en la cama escuché jaleo en mi puerta, pero como era fin de semana, pensaba que eran chiquillos que pasaban por mi puerta sin malas intenciones» nos cuenta Basi. Pero su sorpresa fue que al despertar su fachada se vio despojada de unos gnomos que la adornaban con su colorido y su alegría.
Pues bien los «chorizos nocturnos», con navaja en mano, despegaron los gnomos que estaban pegados, y éstos fueron a parar a la fachada de Manoli –la hija de Emilio- donde quedaron hechos trizas. Su marido, Jero, dice que se despertó entorno a las 2 de la madrugada y al salir se encontró este espectáculo de cerámica troceada sobre su casa. Entre la oscuridad de la noche pudo distinguir a cuatro jóvenes, que además no se molestaron ni si quiera en hablar en voz baja.
Pero según afirma no es la primera noche que vienen, parece que entre ellos es una costumbre ir todas las noches a molestar a este matrimonio, pues el pasado sábado encontraban en su buzón las deposiciones de algún animal, aunque más bien podría ser el animal aquel que lo depositó.
Lo único que quieren estos vecinos dar a conocer su situación y que se termine con el vandalismo nocturno que están sufriendo tanto ellos como otros.