¡¡ ROBERTO NOS FELICITA LA NAVIDAD !!
LOS OJOS DE MARÍA
Son los ojos de los hijos de nuestra selva: asombrados y asombrosos, enormes, soles negros azabache sobre fondo de azul océano. Me imagino que esos ojos serían los de María cuando se centraron en el destello angelical que encendió su rostro, su mente y su corazón ante el insólito mensaje.
Los ojos de los hijos de nuestra selva están asombrados porque los mensajes, los destellos, los acontecimientos que observan, los dejan atribulados. Ven que los ríos arrojan a las playas cadáveres de hermanos peces. El cielo es ocupado por pájaros de hierro agresivos que alejan a los legítimos dueños de ese espacio celeste. Las anacondas son de hierro que arrastran sus venenos por el interior de nuestra tierra y cuando revientan, envenenan mortalmente nuestras fuentes y nuestras vidas.
Los ojos de los hijos de nuestra selva se salen de sus órbitas cuando ven en su aldea, en su hogar, en sus papás, costumbres nuevas muy diferentes de las que hace pocos años ellos disfrutaban: cantos, danzas, faenas comunes, caza, pesca, ternuras y alegrías familiares. Todo ello está siendo transformado en afán de plata, borracheras, desnutrición, violencia, abandono de chacra, familia y comunidades, olvido de responsabilidades.
Pero también los ojos de los hijos de nuestra selva, se iluminan, se encienden cuando contemplan que alguien les acaricia, está junto a ellos sin otro interés que encender su sonrisa, enriquecer su imaginación, regalarles ideas que fecunden su vida y la de los suyos, sembrar en sus tiernos corazones sentimientos que destruyan las corazas comerciales que regalan ignominias.
Los ojos de nuestros hijos son la mejor imagen de la NAVIDAD: son los ojos de los arcángeles celestiales que anuncian tiempos mejores, que cantan inocentes melodías en sus propias lenguas, que visten como Jesús su kushmita y como él preguntan a los suyos y la vida por aquello que no entienden y les desvela.
Los ojos de los hijos de la selva, son los ojos de Dios que nace para sembrar asombros en los rostros, sorpresas milagrosas, sonrisas rotundas porque la vida vencerá, como siempre a la muerte y la inocencia de la aurora, a la tiniebla del ocaso.
DESDE LA MISIÓN KORIBENI LES DESEAMOS
UNA ASOMBROSA Y FELIZ NAVIDAD