POETAS VILLOREJOS-II-
Los dos poemas que hoy recordamos se publicaron en Julio de 1993, en el número 14 de nuestra revista Besana.
fuiste lejos sin llamar al cielo,
pero solo encontraste dolor.
Refugio de madrugada, luna llena
risa del amor, aquel día fuiste
en la madre de la noche
hermana del pecador, vela tu por mi amor.
Aquel flujo que va como el humo,
que no cesa de dañar nuestro idilio de pasión
Tiene pura agua bendita, río sin nombre,
haz que de mi salga la semilla
para que mi amor fecunde un alma del Señor.
Rosaleda de la noche, hierba buena,
brisa del mar, rocío de la mañana,
sol naciente del amanecer,
vela tu por nuestra semilla
fecúndala fruto del amor
entre el hombre y la mujer.
Marcelino Hierro
Y mi voz se quede desnuda,
No llaméis a los hombres para llevar al poeta.
No exclaméis al cielo,
para que os cante mi última melodía
no claméis a Dios
para que vuelva esta melancolía.
No lloréis por mi alma, ni mi corazón:
llorad por ella, mi verdadero amor.
no quiero morir en este mundo,
sino en los corazones de los hombres,
para que mis versos suenen en la faz de esta tierra
en memoria de un viejo poeta.
Salid de vuestro lamento
y dad gracias al Señor, porque he nacido
ante los ojos de vuestra creación.
Marcelino Hierro