Mirando la reciente hemeroteca de Besana, me llama la atención que las diversas actividades culturales, son las mismas y se repiten año tras año
Es imprescindible un cambio
Tuve la suerte de formar parte del consejo Local de Cultura- en representación de una asociación de la cual formaba y formo parte- cuando éste se creó hace ya unas cuantas décadas. Para quien no lo sepa, está formado por un representante de cada asociación o colectivo y uno o varios concejales del Ayuntamiento. Su principal labor es la coordinación y la organización de las actividades culturales que hay en el pueblo.
Con el paso del tiempo estos encuentros cambiaron de ubicación y se siguieron celebrando en el Ayuntamiento. Este fue mi punto y final con el Consejo. El cambio fue- desde mi modesto punto de vista- una notable pérdida de independencia y de libertad a la hora de expresarme y opinar libremente.
Hoy sigue existiendo ese Consejo Local de Cultura, siempre llevado de la mano por los representantes del Ayuntamiento correspondiente en cada legislatura. Éstos han ido cambiando conforme las urnas hablaban cada cuatro años, pero me consta que el resto de representantes de las demás asociaciones han cambiado muy poco. No hay savia nueva. Ya no fluyen las ideas. ¿Culpa del Ayuntamiento? ¿Culpa del resto del Consejo? ¿Culpa de todos en general?
Esto no quiere decir que ponga en tela de juicio ni que menosprecie el trabajo de los actuales responsables, de los que dejo constancia de su dedicación y trabajo. Pero sí echo en falta una cierta evolución y renovación tanto en los métodos como las personas
¿Qué ocurrirá dentro de unos años cuando los actuales responsables se cansen o se hagan más mayores?, ¿Dónde está el relevo generacional? ¿Qué hay de los cambios?, ¿dónde están las innovaciones? ¿Dónde está el debate? Está claro que aquí la I+D+I de la cultura no funciona.
En la juventud está la clave
Al hilo de lo que comentaba con anterioridad, y para dejar las cosas meridianamente claras, es conveniente recordar, por si alguno no se había dado cuenta, que han pasado más de treinta años desde el comienzo de nuestra andadura cultural «oficial» por llamarlo de alguna manera. Los tiempos han cambiado, ahora los jóvenes disponen de más medios para su ocio y su entretenimiento. También «hasta ahora«- recalco la expresión- han tenido más poder adquisitivo. A menudo se nos llena la boca a los mayores hablando de los jóvenes: Son cómodos, irresponsables, adictos a juergas, botellones y a todo aquello que huela a alcohol y fiesta.
Centrándome de nuevo en el tema socio-cultural de nuestro entorno ¿Se nos ha ocurrido pensar que es lo que demandan o que inquietudes tienen los jóvenes de nuestro pueblo en la actualidad? En estos tiempos de híper comunicación social en los que disponemos de WhatsApp, Messenger, Tuentis, Facebook, Twiter’s, E-mail, etc. y en los que estamos las 24 horas conectados pudiendo estar localizados y convocados en cinco segundos- que es lo que tardamos en teclear un mensaje- es imperdonable que no seamos capaces de promover un grupo para realizar cualquier actividad social o cultural para el pueblo.
Quizá la tan cacareada y manida crisis. de la que estamos hartos, sea el revulsivo y el punto de partida para que echemos mano de la imaginación y volvamos a hacer mucho con poco, para que los valores que creíamos perdidos vuelvan a resurgir, pero tal y como está el panorama es imprescindible un cambio-que no tiene porque ser drástico-.
Todavía estamos a tiempo:» Renovarse o morir».
M.S.P.