Esta noche es Noche Buena y mañana…
…Sábado Santo.
Las aguas caídas del cielo estos días han sido una bendición para un campo que estaba sediento y para unos pantanos que estaban pidiendo a gritos este líquido elemento cuando sus indicadores de reserva estaban al rojo vivo.
Pero como nunca llueve a gusto de todos, hemos podido ver como muchos devotos han visto rotas sus ilusiones de sacar las imágenes sagradas en esas procesiones que sólo ellos saben preparar con cariño y esmero durante todo el año. Una vez más sus lágrimas se han visto mezcladas con las gotas de esta bendita lluvia.
Mal también para quienes pretendían disfrutar de unos días de descanso gozando de buen tiempo y que han tenido que sacar las prendas de abrigo y el paraguas. Y qué decir del ramo de la hostelería que ha visto como las expectativas puestas en estos días de vacaciones se han ido al traste.
Si embargo, aunque haya sido a destiempo, y a pesar de todo, nos da la impresión que este agua y esta nieve nos van a traer más beneficios que perjuicios. El agua siempre será sinónimo de vida, vida como la que acaba de empezar para Leo, ese hijo de Vanesa y Rafa que ha llenado su casa y la de sus abuelos de felicidad. Enhorabuena a los papás y a Sátur y Fini, tantas veces colaboradores y testigos del nacimiento y caminar de los primeros números de Besana junto a aquella niña que hoy es la madre de su primer nieto.
Después de este nacimiento y estas imágenes de nuestro pueblo y nuestros campos nevados, sólo se me ocurre desearos Paz y Felicidad, cual felicitación navideña en pleno mes de abril.
S.P.P.
