Como manda la tradición, La madrugada del 1 de mayo nos deja un nuevo inquilino en nuestro pueblo
Hoy, 1 de Mayo del 2012 se ha vuelto a cumplir uno de esos ritos que no faltan a su cita año tras año. Los quintos de este año no han roto la tradición y el árbol cortado que simboliza la llegada de la primavera, luce en la zona de los prados frente a la gasolinera y el pabellón.
Nunca entenderemos como algo que ya está muerto o que ha sido cortado pueda simbolizar la llegado de una estación plagado de color, de alegría, de vida en definitiva. Pero las tradiciones son así, están para celebrarlas, y si tienen una explicación y se pueden entender mejor que mejor.
Entrar en los orígenes de esta costumbre se nos antoja sumamente difícil. Nunca hemos tenido la oportunidad de escuchar de boca de nadie el por qué de esta práctica. A buen seguro que viene de tiempos ancestrales donde este tipo de actos tenían un significado y un simbolismo especial que se ha ido desvirtuando con el tiempo quedando en lo que es en la actualidad.
Hasta donde alcanza nuestro recuerdo, unido a lo que nos han podido contar nuestros abuelos, el mayo antes se colocaba en la plaza del pueblo, casi siempre coronado con una rama de pino para darle algo de vida y compitiendo en altura con la torre de la iglesia. Cada quinta procuraba elegir el mayo más alto, más recto y más hermoso, mejorando el de las anteriores. O mucho nos equivocamos, o esto era una demostración de hombría y poderío para poder hacer cábalas sobre quien los tenía mejor puestos- no olvidemos que antes las quintas las formaban sólo los hombres-. Una vez terminado el mes, el mayo se retiraba y al cabo de otros once meses volvería a lucir en representación de los nuevos quintos.