En recuerdo a mi amigo Bernardo, cura de las villas, y solidarizándome con las personas que lo están pasando mal
Hoy, uno de mayo es un día triste para muchas miles de familias que se han quedado sin trabajo, porque las personas que quieren trabajar son felices cuando lo tienen y hay alegría.
El subirme yo aquí en el altar es porque se lo debo a nuestro amigo Bernardo que nos dejo hace tres meses.
La verdad es que me impresionó y dije para mí: ¡Tú si que has ganado muchas batallas!.Pero la última fue muy larga, de quince meses donde sufriste, pero no te diste por vencido; donde momentos antes de morir te despediste de tus hermanos los curas y tu familia, diciendo no sufráis por mí, el señor me llama, he sido feliz en la tierra haciendo mi misión como sacerdote. Pero digo para mí, eras muy joven y aquí también te necesitábamos mucho porque fuiste un hombre de bondad de cariño hacia los demás, no te escondías ante nada porque dabas una paz que nos transmitías a todos, porque vendrán vendavales, terremotos, pero aquí has dejado tu huella, porque diste la vida por los demás.
Hablar hoy del trabajo es un poco peligroso según esta la copla, porque cualquier palabra que digas fuera de tono te la pueden interpretar mal y se habla lo que no he dicho.
Lo que está claro es que no quiero herir la sensibilidad de nadie y no quiero pedir nada para mí porque con lo que me queda de jubilado tengo para pasar el mes, pero soy coherente ya que tengo un compromiso social y no me voy a cruzar de brazos, ¿Qué está sucediendo con la maldita crisis?: Unos dicen que si tu lo hiciste mal, otros que si tu lo hiciste peor.
El otro día en la televisión -no sé si lo verían- a una hombre de raza negra que le sacaban de su casa con estos malditos desahucios, llorando sus dos hijas y su mujer porque les ponían en la calle, esto es sangrante señores. ¿Qué va a suceder con nuestros hijos y nietos?.Esta generación que está preparada para trabajar y cotizar para sacar España adelante donde tienen qué empezar una nueva vida y hacerse su pisito. Y pienso ¿pero dónde, si aquí no hay trabajo ni tampoco fuera?, porque antes cuando yo era joven salíamos a otras naciones y mandábamos lo que ganábamos para España, porque estaba devastada y la queríamos levantar, como así hicimos.
Son muchas las familias que están sin trabajo, que tienen que pagar sus hipotecas y tienen que criar a sus hijos, y menos mal que hay gente muy buena y muy solidaria que cuando van a comprar a los supermercados, cogen una bolsita y meten un kilo de arroz, de garbanzos, de harina o lentejas y lo meten en los depósitos del banco de alimentos, donde luego se reparte buenamente a los más necesitados; después cada tres o cuatro meses se reparte lo que llega de la Comunidad Europea y con eso se va saliendo un poco del bache. ¿Pero hasta cuando, señores?
Los trabajadores también tienen unos deberes y unos derechos, que les costó a nuestros padres y a nosotros luchar mucho por ellos, con sudor, lágrimas y sangre, como se suele decir, pero desgraciadamente están desapareciendo en cuatro días, así pienso ¡que el rico se va hacer más rico, como ya he dicho más veces y el pobre más pobre!, porque no va haber término medio.
Así que pido a San José Obrero, patrón de los trabajadores y a nuestro amigo Bernardo, que estarán cerca del Señor, que si hay algo por ahí arriba, que nos echen una mano a patronos, trabajadores y a nuestros hijos y nietos, que son los que tienen que tirar y levantar a España, que va a ser muy despacito.
Porque nosotros ya lo hicimos para conseguir un mundo más justo y solidario y, los que podamos, pongamos un granito de arena en el desierto-ya que se está quedando sin ella- porque es nuestro deber, si queremos a España, y para otro año el que suba aquí, que pueda decir lo contrario de lo que he dicho, que se vea más claridad al final del túnel, porque yo este año lo veo muy oscuro y nunca me he considerado pesimista.
ALFONSO » EL PINDOQUE «