Besana Villoria – Revista digital Besana de Villoria

OPINIÓN DESDE FUERA DE ESPAÑA


Desde tan lejos de mi país me duele ver el enorme desánimo que se está viviendo en España, hasta hace poco tan admirada y ejemplo de muchos países emergentes en este continente, en su modelo de libertad y progreso.
QUISIERA DECIR ALGO DE ESTA CRISIS

Quisiera decir algo de esta crisis que se está sufriendo en nuestro país. Sufrimiento que provoca en las personas la sensación de fracaso y culpa por haber podido disfrutar durante algunos años la prosperidad que se gozaba. No es justo, y confío que las personas se armen de valor y se liberen de ello desde la rabia, y no desde la culpa.

No puedo dejar de sentir una cierta rabia e impotencia que seamos siempre las clases media y baja quien termine pagando los excesos de algunos pocos, políticos y especuladores que, llevados por la avaricia especuladora se aprovecharon para sus fines lucrativos, a costa de la ilusión que se creó en nuestro de país de ser los nuevos ricos de Europa. No niego que las personas que vivieron por encima de sus posibilidades no tengan cierta responsabilidad personal por dejarse arrastrar a la vorágine del consumismo. Pero insisto qué, si de verdad existen responsables y culpables de todo ello, son siempre los gobiernos que permitieron el desmadre especulativo de los mercados sin control, sin prevenir que esto podría suceder algún día. No por nada ellos son los que se rodean y ( se supone)saben y conocen como funciona los entresijos kafkianos de los mercados.

Y que entendido en nuestro concepto simple, lo más parecido a la metáfora popular del cuento de la lechera, que la gente se lo creyó tan a pies de juntillas lo de la abundancia que empezó alimentar tanto a la vaca pensando que más se engordara mas iba a dar leche hasta que la vaca reventó. Me gustaría creer que esta dura experiencia sea para aprender. Aunque si no puedo evitar de cuestionarme este deseo. Pues somos los únicos, dentro de la especie animal, que tropezamos con la misma piedra muchas veces y no aprendemos. Esto nos demuestra lo fácil que les resulta a los expertos en el engaño, sean políticos y encantadores de serpientes, en manipular a las personas para sus fines concretos.

Desde tan lejos de mi país me duele ver el enorme desánimo que se está viviendo en España, hasta hace poco tan admirado y ejemplo de muchos países emergentes en este continente, en su modelo de libertad y progreso. Me duele ver como todos los derechos sociales adquiridos para el bienestar de las personas se estén perdiendo con los distintos plumazos de decretos políticos, sin que nada se pueda hacer al respecto. Me duele qué, justamente esa generación nacida y beneficiada de esas libertades y prosperidad de nuestro país se vea abocada a ser una generación perdida, y teniendo que emigrar con sus títulos bajo el brazo buscando horizontes en su vida. Los que pueden, porque los que se quedan, cuesta creer como expresar con palabras la frustración y el desconcierto que están viviendo. Sin embargo, frente a estas impotencias dolorosas, me produce sobre todo nauseas escuchar al gobierno con palabras altisonantes y maquilladas, del orgullo de los españoles por entender y aceptar estas medidas con comprensión haciéndose cargo de la situación. Creo que no se puede admitir que siempre sea el pueblo trabajador quien tenga que hacerse cargo y aceptar las medidas restringidas, en un país de excesivos cargos gubernamentales, autonómicas, comunales, regionales, Europeas, etc, etc. Un país que en tiempos de crisis como esta que se está padeciendo no se sostiene seguir sacando de las arcas de los distintos Estados, gracias a los impuestos de los españoles, para pagar todos esos cientos y cientos de miles de sueldos astronómicos de personas que no hacen nada por las supuestas razones de seguir manteniendo ese cargo. ¿Por qué no empezar a hacer economías por ahí ? Y sobre todo. ¿ Por qué no hacer pagar a los responsables de esos Bancos fracasados por la mala gestión, o mejor dicho, el fraude sistemático llevado a cabo por estos sinvergüenzas, arrastrando con estrategias viles y engañosas de ganancias a sus clientes confiados, personas que depositaron sus pocos ahorros de toda una vida de sacrificios y duro trabajo?. No hay derecho, y me gustaría creer que un día salga a la luz la verdad y sean perseguidos y castigados por tribunales europeos, ya que en España cuesta creer que esto se lleve a cabo, porque sería un escándalo de magnitudes no calculadas. Pero me gustaría creer, insisto, en la persecución legal de estos sinvergüenzas, al igual que se ha hecho con los dictadores de los pueblos, y sean condenados como asesinos del daño moral sicológico y hasta mortal de una sociedad de millones de personas que no van a poder seguir soportando esta situación que les ha aterrizado de golpe y porrazo a sus vidas.

Ágata Martín

Santiago de Chile junio 2012

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