Besana Villoria – Revista digital Besana de Villoria

EROTISMO EN ESTADO PURO


Ocho de la tarde de cualquier día finales de los 70. El Liceo, ahora reconvertido en teatro, estrena una de las películas que más expectación -y otras cosas- había levantado en toda España. La cola (del cine) llega casi hasta la Plaza Mayor. Se estrena, ni más ni menos que Emmanuelle.

Eran los años de la transición y el cine nos ofrece, a golpe de teta y de nalga, lo que durante tantos años sólo habíamos podido ver en alguna revista prohibida que nos llegaba del extranjero o en al intimidad de una alcoba, coche, cuarto o rincón oscuro que se pusiera a tiro.

La grandes producciones de películas del oeste, de romanos, y de amores castos y puros quedaban eclipsadas ante la avalancha de pezones, tetas, culos y montes varios que llenaban las pantallas de nuestros cines para regocijo y deleite de jóvenes- y no tan jóvenes- que veían en estas producciones como sus sueños eróticos se convertían en realidad contemplando esos esculturales, morbosos y hermosos cuerpos a un palmo de sus narices aunque fuese en película. Las filas de los mancos estaban más repletas que nunca, y ahora con más aliciente.

Esto puede parecer una exageración si lo comparamos con lo que vemos ahora a nuestro alrededor y que nos parece la cosa más natural del mundo, pero sólo lo podemos entender los que vivimos a tope aquella época.

La película en cuestión venía rodeada de un halo de erotismo encarnado por su protagonista, la holandesa Sylvia Kristel y aumentado por la situación que ya hemos comentado. Ni que decir tiene que fue un éxito rotundo en nuestro país. No era para menos saliendo de donde salíamos.

Hoy, treinta y cinco años después nos ha dejado la mujer que encandiló a más de uno con sus encantos. El mito erótico de finales de los 70 se ha ido con apenas sesenta años y nos ha dejado con ese sabor agridulce que te dejan los buenos recuerdos y la cruda realidad de que el tiempo pasa para todos.

Mientras tanto el erotismo se ha convertido en pornografía y la pornografía como algo obsceno, se está adueñando de parte de nuestra vida, porque de obscenas se podían calificar muchas de las cosas que estamos pasando y viviendo en estos últimos tiempos y no me refiero sólo al ámbito sexual.

PBS

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