Besana Villoria – Revista digital Besana de Villoria

UNA NAVIDAD SIN TURRÓN


En estas fechas que llegan, seguro que muchas de nosotras nos sentimos muy felices, volvemos a ver a familiares que hace tiempo que no veíamos, nos juntamos en una u otra casa para celebrar que otro año ha pasado o que uno nuevo está por llegar, en compañía de familiares y amigos.

La felicidad, alegría, ilusiones, propósitos para nuevo año…inundan nuestras casas de un calor diferente, de un calor humano que hace que nos olvidemos de crisis, recortes y desfachateces políticas varias…
Todo parece muy bonito, vivimos en el mejor de los mundos posibles, tenemos unos valores que afloran cuando más se los necesita…

¿O…NO?... Quizás he empezado mal esta historia…quizás debamos hablar de las graves situaciones de pobreza y exclusión que cada día inundan nuestras vidas, parados/as de larga duración que no pueden alimentar a sus familias, no pueden pagar su hipoteca o alquiler y se ven en la calle, desahuciados, con la tutela de los hijos en manos de instituciones y organizaciones de muy diferente índole y condición.

En estas fechas en que los valores de este modelo económico injusto, no equitativo, donde los políticos crean sus leyes sólo para su propio beneficio, donde sólo les importa la legitimidad de las urnas y sus votantes cada cuatro años, para luego darles la espalda y acometer las más salvajes atrocidades en clave de derechos sociales que han existido en los últimos 34 años (por eso de la constitución, o carta magna ya obsoleta y sin sentido) ¡Y luego se le llena la boca hablando de democracia!, la democracia es el gobierno del pueblo, no de los gobernantes, ¿Cuándo se acometerá ya de una vez la reforma con otros tipos/modelos de democracia?, porque, sí, este es sólo un modelo de democracia existen otros (democracia directa, basada en el apoyo mutuo y la solidaridad, donde las personas sean el centro no el mercado).

Los recortes en sanidad, educación, servicios sociales, pensiones…son el pan nuestro de cada día, un pan que no sirve para alimentar a la inmensa cantidad de personas que vivimos en esta injusta sociedad.

Es fácil justificar lo que sucede a nuestro alrededor diciendo «se lo han buscado», «hemos vivido por encima de nuestras posibilidades» «yo con tener para comer cada día me da lo mismo la vida de los demás…» «ya saldrán otro/as a reivindicar y luchar por nuestros derechos» «la gente que sale a la calle no piensa en el resto de la sociedad…». Una vez más el modelo de delegación ha causado furor, ¡lo tenemos metido hasta en los huesos!.

Pues….yo creo, que no, que las luchas que se están llevando en nuestras localidades, ciudades, provincias…son más que necesarias, en pocos meses hemos visto como los derechos obtenidos en los últimos años se han perdido y es muy poco probable que puedan recuperarse, porque ni PP ni PSOE («mismos perros con diferentes collares») ni otros partidos políticos representativos tienen la más mínima intención de acometer de verdad las reformas necesarias para que lo más ricos sean los que más paguen (impuestos progresivos) para que exista una verdadera redistribución de la riqueza.
(Ahora sólo en manos de unos pocos, y cada vez de menos) el problema no es la pobreza, el problema es la riqueza en manos de unos pocos…
Las personas con sus acciones de luchas y solidaridad somos las únicas que podemos revertir el orden establecido (por unos pocos hacia el resto) en los pueblos (los grandes olvidados) es donde más acciones se pueden hacer, juntándose, hablando, reivindicando, protestando, «desobedeciendo», porque a cualquiera de nosotras nos puede pasar lo que a muchas familias nos pasa, paro, pobreza, exclusión, sin medios, sin casa, sin asistencia sanitaria, sin educación gratuita y universal…

Por eso hoy más que nunca y dando valor a esas proclamas libertarias que tanto asustan, hablemos de apoyo mutuo, autogestión, acción directa y solidaridad (no asistencialismo).
Para que las navidades realmente sean felices para muchas y no para unas cuantas.

Con los mejores deseos de que podamos comernos el turrón en compañía, alrededor de una mesa y cobijados por un techo (derecho no obtenido después de 34 años de esta democracia).

EL ALAMBIQUE VELOZ

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