Hoy entiendo que no se puede bajar la guardia
A ver como «apatusco» yo este relato. Si me dicen con ocho años que en los años ochenta o noventa íbamos a llegar a aquella bonanza, para mi hubiera sido como el milagro de los peces. No sé si esta palabra caerá bien porque se vivió como dios y si me dicen en esos años que íbamos a caer donde estamos con recortes por todos los lados, que ya no sé si habrá más para recortar, porque han recortado lo más importante: la sanidad, la cultura,sin derecho ninguno que no se yo quien va a estudiar ahora, se quedara la gente de zoquete como me toco a mí, solo van a estudiar los ricos, así que lo que está sucediendo tampoco me lo iba a creer, donde a nuestra querida España admirada por todo el mundo nos la han hundido, me da mucha pena. Aquí ya no pintan nada ni la izquierda,ni la derecha ya que son unos sinvergüenzas,ladrones y pistoleros como en el viejo oeste, aquellos mataban con pólvora, estos con hambruna, pero para esta gente la muerte va a ser muy lenta, alguno habrá bueno digo yo.
Dirán que somos cansinos y repetitivos en reflejar la situación, pero hoy entiendo que no se puede bajar la guardia, este lema yo le capté el primer día que tuve la suerte de ir a buscar alimentos para los necesitados. Bombardeamos lo que podemos, donde a mucha gente el dinero no le importa y en vez de ahorrar lo utilizan para ayudar. Así que perdonen si nos pasamos, por ejemplo yo, y si oyen hablar de la jodía monja impostora que no era monja que se aprovechaba de lo que no era suyo, llevándolo a la residencia que regentaba, o alguno más hasta que los cazan. No nos juzguen a todos igual, porque hay gente maravillosa donde se están dejando la piel por los demás. Pero así somos los españoles que lo estamos viendo todos los días, no nos fallen.
Cuando dejé de trabajar a los sesenta años, que todavía no estaba jubilado, ganaba buenas perras pero me estaba ahogando. No quiero ser el más rico del cementerio, sino de la tierra, así que me he metido en cosas sociales y nunca me he encontrado más feliz en mi vida, poniéndome en la situación de otras personas que lo están pasando mal, así llevo esa paz interna. Se me quitaron las depresiones de pensar en bobadas, aunque es muy duro, como digo yo me he muerto tantas veces que el día que me muera no me lo voy a creer.
Hay veces que me siento cansado pero no importa, no puede ser uno solidario con lo que te dan los demás, sé con lo tuyo, no te cuelgues medallas que no has ganado, que son falsas y pesan, si tienes cuatro naranjas compártelas, porque tu cuerpo se sentirá muy a gusto, ahí están las medallas invisibles. No hagas lo que algunos, que dan una fanega de trigo para recoger cuatro, eso es muy grave.
Recuerdo cuando yo era pequeño, tenía en América familia y mandaban lo que a ellos les sobraba, te ponías loco de contento si te tocaba algo. Ayer casualmente llevé al banco de alimentos una saca de ropa que me dió una familia de Babilafuente, querían darme alimentos, yo les dije se los lleváis a los curas que llevan esta zona o tu misma mujer vete donde veas una familia donde lo esté pasando mal. Me dijo que no se atrevía, como les conoces puedes hacerles daño, lo entendí. Yo me estoy haciendo un pedigüeño para los demás, me da un poco de apuro, pero te sientes bien que es lo que importa. Os puedo decir que cada vez hay más gente solidaria, vamos a ser valientes y si nos mojamos ya veréis que pronto se seca vuestra ropa, porque vuestro cuerpo está lleno de felicidad, amigos hay que salir de esta y no esperar a las navidades, para que coma la gente necesitada un plato de comida caliente todos los días y no esperar a los famosos con un niño del África en brazos porque aquí también lo necesitan.
Así que maldigo a los bancos y políticos que solo han mirado por y para ellos, menos mal que todavía no han llegado por aquí los malditos desahucios y sus consecuencias, para hacer lo que han hecho ciertas personas, es sangrante y muchos que han dejado de sufrir. Con el trato que reciben de ciertas personas, sacándolos como perros de sus viviendas, esto que vemos es inhumano.
Así que dar un paso que esto da vida, yo no espero ni agradecimiento ni recompensa, creo que es mi deber como humano.
Esto que voy a poner digamos que es fuerte, pero me gusta dar la cara y si estás metido en esto hay veces que tienes que oír palabras desagradables y te apenas. Yo donde veo necesidades no miro si son de allí o de acá. Cuando una familia empieza a trabajar le corto el grifo, me gusta ser justo y tener la conciencia tranquila, aunque me lleve bien con ellos, porque hay otras familias que lo necesitan. Pero una vez me dijo una persona que era un racista como muchos otros españoles, después de haberle llevado muchas bolsas de comida, era de fuera, conteste de malos huevos, mira yo no quiero expulsarte de España pero si somos así porque no te vas a tu país que hay más trabajo que aquí, que lo mismo mis hijos tienen que emigrar si esto no cambia. Tenéis vuestros derechos y deberes, que yo no estoy en contra de ellos, porque llegáis más largo a las instituciones que los españoles, os sabéis todos los derechos y no creo que os dejen morir de hambre. Pero no habléis mal de España porque a la gente de aquí le da más vergüenza que a vosotros pedir. Así que no me habléis de racismo, que duele.
DICIEMBRE 2012
ALFONSO «EL PINDOQUE»