Marcan también el final del verano.Ayer, como a todo, le llegó su final. Nada mejor para para reflejar el fin de fiesta como lo que en su día nos cantó J.M.Serrat en su canción precisamente titulada Fiesta: «Y con la resaca a cuestas vuelve el pobre a su pobreza,vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas.Se despertó el bien y el mal, la pobre vuelve al portal, la rica vuelve al rosal,y el avaro a las divisas.Se acabó,el sol nos dice que llegó el final, por una noche se olvidó que cada uno es cada cual».
Como siempre los toros, la verbenas, y la gastronomía son el eje alrededor del que gira todo lo demás, nos agrade o no. Y aquí volvemos al eterno tópico de «para gusto se hicieron los colores.» Si alguien tiene ganas de hacer pública su opinión aquí estamos a su disposición. Por segundo año consecutivo, las casetas ( 4 este año) ubicadas en la plaza han contribuido a mantener el ambiente sin descanso, enlazando el día con la noche y la noche con el día para regocijo de unos y cabreo de otros.
El tiempo nos enseñó su mala cara con tormentas al principio y al final, pero respetó los días centrales de las fiesta con temperaturas frescas y agradables y todos los actos programados se celebraron como estaba previsto.Reseñar que todo se ha desarrollado con relativa normalidad, si exceptuamos las actitudes vandálicas de determinados grupos de jóvenes que basan su diversión en hacer daño a los demás. Reprobable forma de divertirse a la que hay que poner freno si queremos evitar males mayores.
Unas fiestas que han sido un paréntesis en medio de la cruda realidad que nos rodea, un oasis festivo que esperemos nos haya servido para cargar la batería y afrontar el último trimestre del año con esperanza y determinación. No hagamos caso al título de esta publicación y digamos: Hasta nunca tristeza. Buenos días ilusión.
Hasta el próximo año.
¡¡¡VIVA VILLORIA!!!, ¡¡¡VIVA LA VIRGEN DE LA VEGA!!!