Yo tengo recuerdos de mi niñez, que hoy, con la experiencia de la vida, puedo decir que fueron ingratos, pero que no me frustraron
¿Qué supone recordar?…pues que con frecuencia, despertamos viejas vivencias, algunas que querríamos haber olvidado por frustrantes, y otras, que te alegran el corazón,…¡así es la vida!… un camino que, queramos o no, nos sigue, como nos sigue la sombra.
Quiero deciros a los que esto leáis que esto lo escribí para que un grupo de compañeros en un centro social lo leyeran. Como cada uno de ellos escribió su propia historia, todas dignas de leer aunque diferentes como paso en todas las partes, bueno esto no viene a cuento yo os mando mi versión.
El primer día pasamos de hablar de Etnografía, a hablar de la guerra, o más bien dicho, de la posguerra, que creo que nos tocó vivir a casi todos los que componemos el grupo,…¡y de que manera!. No quiero juzgar nuestras experiencias de aquella época, porque pude comprobar, que fueron bastante diferentes. Vi, que aunque todos éramos niños, no pertenecíamos a un mismo bando, de aquella guerra incivil que sólo nos trajo perjuicios, aunque no por igual, porque algunos disfrutaron de todos los privilegios, y otros, de nada. De esto último, yo fui parte perjudicada, aunque lo mejor es no mover esto, pues posiblemente, heriría los sentimientos de algunos, y no es esa mi intención, pues ya todos creo hemos hecho análisis de aquella situación, y como dice el refrán, a lo hecho pecho.
Creo que desde niño, mi destino tenía ya marcado un camino hacia Galicia, pues allí en Castilla, cuando todo parecía inamovible, yo como los gallegos pasaba los largos y crudos veranos trabajando de sol a sol para ganar la soldada, que luego nos serviría para poder pasar un poquito mejor los fríos inviernos, época en la que el trabajo era nulo. Hablaba con los gallegos, y aunque muchas veces no les entendía, sí sé, que se lamentaban, como lo hacíamos nosotros, sólo que cada uno en su lengua. Yo les preguntaba qué era eso que tanto recordaban y que era así : «Miña casiña, meu lar». Más tarde, sí lo supe, recordaban su casa, su tierra, y lamentaban como nosotros, aquella situación, aquella separación de sus familias, pero lo que yo no sabía que mucho antes, ya una ilustre gallega se lamentara del trato que se les daba a los gallegos, en Castilla…Y supe, que existía en esa tierra una escritora, que cantó a Galicia como nadie lo hizo jamás, y que en algunos de sus versos llegó a lamentarse del trato que se les daba a los gallegos en Castilla, que decía, así : Castellanos de Castilla, tratar bien a los gallegos, que cuando van, van como rosas, y cuando vienen, vienen como negros,…y era verdad, yo lo comprobé, comprobé a la explotación a que eran sometidos, como lo éramos todos, por los señoritos de la época.
Quisiera decir algo y no sé que,
Quisiera hacerlo bien y no sé como
Es mi frustración constante más yo sé
que esto me pasa y no soy un ignorante.
Pero ignoro cómo se escribe para decir lo que siento
ignoro dónde es acento e ignoro si esto que escribo
Se le puede llamar verso.
Sin embargo al escribir me siento contento
no me corta el no saber porque aunque parezca cuento
digo lo que llevo dentro.
Yo me entiendo es la verdad y jamás busco laureles
por eso no me preocupa que el que lo lea se ría
Si con ello se entretiene.
Si las faltas quitan sentido yo tengo que denunciar
a los que hacen de la lengua reglas solo a su medida
Y no como se aprende hablar.
Yo he buscado algunas letras que a mí me suenan igual
y me parece torpeza que gentes con grandes mentes
no se pongan a inventar signos de otra naturaleza
Para nosotros los torpes podamos diferenciar.
Y ahora pondré algún ejemplo porque quiero comparar
aunque diga el que esto lea que solo escribo «bobás»
Es la V y la W con la B el trío los calaveras.
Con la J y con la G yo bailo como ellas quieran
Y la Z y má0s la C como suenan casi igual a mí me caen fatal.
es el ruido de las erres difícil de diferenciar
porque suena una sola como si pones un par
Por tanto queda aquí dicho lo que pienso por si se puede arreglar
Y no me importa que digan que solo escribo «bobás».
Yo recuerdo lo ignorante que era, cuando leer, era un artículo de lujo, sólo para los privilegiados. Yo sé, que mi abuelo murió siendo analfabeto, pero también sé, que era un hombre listo, y que ya entonces, me contaba cuentos en gallego, porque cada verano convivía con ellos. Me hacían reír y hoy no sé por qué, supongo que por la forma de contarlos. Me hablaba de un rapaz que por las noches desaparecía y le preguntaba donde iba y el contestaba que iba a rezar a la ermita de Santo Rouquiño porque daba boa herba e mellor trebolito, cuando lo que en verdad iba hacer, era mojar el pan en aceite de las lámparas y hasta que lo pilló el cura, la gente le echaba la culpa a las lechuzas. Recuerdo no encontrarle sentido, aunque me riera, quizás porque yo también supiera lo que era el hambre.
RECUERDOS DE MI PRIMER VIAJE FUERA DE MI PUEBLO
Tú fuiste compañera de viaje,
vieja maleta de cartón,
tú que guardas como caja preciosa,
recuerdos de aquel día primero.
Cuanta ilusión, cuanto silencio,
que fantásticos mis sueños,
cuando camino de la estación
sin que supiera iba marchando a mi destierro.
Tu viejo tren de vapor,
tú que también contabas en mis sueños
también fuiste culpable,.. también te recuerdo.
Y recuerdo aquel muchacho abierto y sincero,
capaz de abandonarlo todo por un sueño.
Hoy, sin embargo, pienso que no era un sueño,
y si unos hechos que habían llenado su alma,
de miseria y desaliento, y por sus venas
…corría el fuego del frustramiento.
Y se marchó en aquel tren en busca de un mundo nuevo,
y aquel lugar que buscaba, donde calmar sus anhelos,
sólo fue un sitio mas lejos,
porque allí también mandaba, el general de aquel tiempo.
Dios me libre de llegar a ser tan necio que me llegara a creer que lo que escribo, es producto de una cultura adquirida por estudios hechos. Nada de eso, yo no tengo ningún documento que acredite ni siquiera que fui al colegio, por tanto de presuntuoso ni gota, nada, pero escribo porque quiero ¡Yo solo me he preparado para escribir cosas como estas! Pero sin presumir como a continuación digo…
Yo, que esto digo, aclaro: nada de esto que yo escribo (si queréis admitir lo de escribir) todo ello son sentimientos, vivencias, desengaños y sobre todo, querer decir las cosas como fueron y por lo que fueron…siempre claro está, bajo mi punto de vista, porque de lo que sí puedo presumir, es de no querer hacer nada, sabiendo que va a perjudicar a alguien.
Sin embargo, cuando yo me criaba, si hubo quien me perjudicó y con ello hicieron que, en más de una ocasión, llegara a odiar a los que tenían el poder, al sentir, que lejos de ayudarnos, nos marginaban, tratando de someternos a su dictatorial forma de ser y gobernar. No los odio, pero culpables fueron, de estos tristes recuerdos, recuerdos a los que dedico los versos anteriores.
Sigifredo Maria Cascón