Una información del Diario de Ávila.es
El poeta vallisoletano afincado en Salamanca abrió el ciclo ‘Los miércoles en la literatura’
El poeta vallisoletano afincado en Salamanca, Quintín García González, ha abierto el ciclo ‘Los miércoles de la Literatura en el Aula José Hierro’. Inició el ciclo, contando con la ayuda de varios colaboradores, entre ellos los poetas abulenses José Pulido y José María Muñoz Quirós (coordinador del ciclo). El autor de ‘Carne en fulgor’, libro presentado ayer, sufría una fuerte afonía que le impedía hablar.
Además de lecturas de su obra, también fueron leídas unas reflexiones que el propio Quintín García había realizado sobre su obra ‘Carne en fulgor’, con la que ganó el premio de poesía Kutxa Ciudad de Irún. Reconoce el poeta que esta obra es «una larga conversación que mantengo con santa Teresa a partir de un texto muy definitorio de la literatura de la santa». Se refiere el poeta a un texto de la reformadora que habla de la transververación y que recoge en el Libro de la Vida, cuando la Santa dice que en un momento de oración sintió como si su corazón fuera traspasado por un dardo amoroso. Quintín García destaca que ha sido precisamente esta metáfora literaria la que «despierta en mí la urgencia por mantener una conversación con la santa, un diálogo, que en el fondo es una reflexión mía sobre la experiencia religiosa de relación y unión del creyente con Dios». Esa experiencia de Dios es compartida por este autor en esta obra, «de sentir a Dios en nuestra carne (persona) nos lleva hasta el umbral de la otra Orilla, Hoguera, Luz, Energía. Esa sed en el alma nos va guiando hacia un Agua o Manantial donde saciarla», que ejemplifica en las siguientes estrofas: «Carne embriagada, Teresa,/ en mosto de granados y de salvias/ que asciende hasta la Séptima/ Morada y rompe/ las barreras y los límites, los bordes/ de esta raza nuestra/ de cárcel y barro…(II)».
Actualiza el autor el lenguaje de Santa Teresa y del propio San Juan de la Cruz. Se refiere en concreto a la expresión La expresión ‘noche oscura del alma’ «que en ellos significa un momento o situación de silencio de Dios (…), de ausencia de Dios en el alma individual del creyente. Yo lo tomo de ellos pero lo llevo a significar la ausencia de Dios y hasta la muerte de Dios en los momentos más significativos de deshumanización y muerte del hombre contemporáneo: Auschwitz, Hiroshima, Siberia, Vietnan, Sarajevo, Ruanda, Iraq, Palestina, Torres Gemelas, Madrid 11-M, Sudán, Palestina…». «Es decir, que hoy hay muchos que experimentamos la muerte del Dios Jesucristo en las muertes de todas las víctimas (según aquella revelación evangélica de lo que hagáis a uno de mis pequeños hermanos conmigo lo hacéis…»
Finaliza el autor con una referencia al poema epílogo del libro, en el que «reconozco la fragilidad de mis palabras para explicar mi experiencia religiosa» .