Con el tiempo te das cuenta que la navidad son todos los días
A mí las navidades no me gustan, pero cuando era pequeño soñaba para que llegaran porque esos días llenabas el estomago de lo que no comías en el resto del año.
Diez personas, el gato y el perro en una cocina de ocho metros, comiendo y cenando al calor de una lumbre de paja, donde se pasaba mucho frío, pero había mucho calor humano, éramos felices y aquellas instituciones de padres que luchaban como jabatos para sacarnos adelante; porque entonces había poco que escoger, era mucha hambruna la que había. De las cosas que me gustaban era cuando iba a misa a besar el piececito al niño Jesús en la adoración, en fin había algo especial. Pero claro ponían el cestillo para que echaras las pesetas o duros y yo pensaba que eran para el niño, así que si me daban una peseta la compartía gustosamente, aunque luego anduviera a dos velas, éramos felices sin tener tanto como ahora.
Tengo un primo que siempre nos hemos querido mucho, y le decía vamos a buscar la colación a casa de mis padrinos y él me ponía de condición que la mitad para cada uno, yo le decía eso está hecho, cuando llegábamos a la puerta de la casa de los padrinos no me atrevía por la vergüenza que me daba. Cuidado las veces que pateamos la calle para arriba y para abajo, una hora y yo sin llamar del apuro que me daba. Ya mi primo enfadado me dijo, si tú no llamas, llamo yo, no sé lo que hizo pero yo me salí corriendo, no volví jamás. No se me ha olvidado, luego me encontré con Serafín, mi padrino, y me dijo ¿Como no has ido a buscar la colación? se te ha olvidado, yo contesté, pues si. Si el supiera la verdad de lo que sucedió.
Pues van pasando los años y se va viviendo mejor, las navidades son esperadas todos los años hasta que mueren los padres y ya no las anhelas tanto,. Pero ahora me van gustando y el motivo es esta bendita España que se vuelca para que las personas necesitadas tengan comida para llenar el estomago esos días y el resto del año.
El año pasado fui a una empresa y estaba una joven trabajando en la oficina, yo la conocía y me dijo, Alfonso tengo dos niños, mi marido sin trabajo y yo a media jornada, me apena mucho lo que está sucediendo a muchas familias, ayer estuve en el supermercado y vi que estaban recogiendo comida, me gasté cincuenta euros para ellos, ¿Tú crees que eso llegará?, porque lo hago sacrificándome. Le dije, mujer lo que no se da nunca llegará, pero tu estate tranquila que se perderá un poquito, pero te puedo asegurar que llega casi todo. La vi que se le caían unas lágrimas, me decía que le daba mucha pena de los niños y como ella era madre no le gustaría que les sucediera a sus hijos.
Así que termino, esto no me canso de decirlo, tenemos uno de los países más corrupto, pero también solidario .Nos gustaría dejar de mendigar por un puesto de trabajo, porque eso es pan para hoy y hambre para mañana, donde los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres, a ver cuando llega el día de dejar de ver las colas del Inem, ojalá se consiga.
Que paséis buenos días en compañía de los vuestros.
Un abrazo
ALFONSO «EL PINDOQUE»