CUANDO LOS GAMBERROS CAMPAN A SUS ANCHAS.


No es la primera vez. Seguramente, por desgracia, tampoco será la última. Con más frecuencia de la que todos quisiéramos, cada año tropelías de este tipo o similares se llevan a cabo bien en los huertos familiares, bien en terrenos particulares. Hoy le ha tocado a Salus.

Desde esta página quiere denunciar que el gracioso o los graciosos de turno han arrancado un buen número de plantas del melonar que ya estaba dando sus frutos.

¿Pará qué?, nos preguntamos, ¿Qué han conseguido? Ni siquiera han esperado a que madurasen sandías y melones para, al menos, darse el gustazo de comérselos aunque fuese a costa del trabajo de otros. Simplemente han ido a hacer daño. Sólo mentes mezquinas, perversas y miserables pueden cometer actos de este tipo.

Lástima que, como casi siempre ocurre, los culpables se irán de rositas.

Te interesa

El Aula de la mujer prepara su aportación al rastrillo solidario navideño.

Ayer martes, el Aula de la Mujer puso en marcha un taller de manualidades enfocado …