El martes saltó la liebre y aparecieron carteles, en los cuales figuraba el susodicho anunciado para torear el mismo día y a la misma hora en Barbastro (Huesca) y en Villoria. Complicada situación. A no ser que el señor Abellán tuviera el don de la ubicuidad-que mucho me temo que no-, iba a tener que elegir entre Barbastro y Villoria para poder mostrar sus cualidades toreras y su cuerpo serrano. Y así lo hizo, eligió Barbastro. El porqué de esta situación rocambolesca solo lo pueden explicar los actores principales de esta pantomima: empresarios, representante y el propio matador. ¿Nos enteraremos de algo?. Yo creo que nos merecemos una explicación pública. Son nuestras fiestas y es nuestro dinero. Alguien debiera o debería dar una explicación ya mismo. Aquí tienen la oportunidad para hacerlo.
Y no le falta razón. Huyen de lo malo y en muchas ocasiones encuentran lo peor. En Europa, en la vieja Europa con tantos y tantos siglos de historia, volvemos a ver imágenes muy parecidas a las que ya hemos visto cientos y cientos de veces: trenes trasportando a seres humanos como animales, personas marcadas con rotulador para identificarlas, alambradas, muros, hambre, miseria. Europa, la del euro, la de los estados de derecho, la del bienestar, la solidaria… está preocupada. Ahora sus dirigentes tienen que ponerse de acuerdo para repartirse a los refugiados: tocamos a tantos por barba(y lo digo sin segundas). Un parche más para un problema que, seguro, tiene otras soluciones. Un adolescente sirio les dio una idea: paren la guerra y nosotros no iremos a Europa, seguiremos en nuestro país.
En todo caso, aquí, en Villoria (Pueblo de Salamanca, Castilla León, España, Europa), Abellán ha sido sustituido por César Jiménez. Sin problemas, todo arreglado. Qué siga la fiesta.
S.P.P.