Tras un sábado con un tiempo aceptable y un domingo que nos anunciaba ya lo que estaba por venir, el lunes, haciendo honor a su nombre, nos «regaló» de principio a fin una constante lluvia. Ésta obligó a echar mano de paraguas, chubasqueros y de algún que otro artilugio impermeable, como el que se utilizó para tapar la imagen de Santa Bárbara que, pese a todo, fue sacada en procesión, bien es cierto que reducida a una vuelta alrededor de la iglesia. La cosa no daba para más.
Por lo que respecta a la fiesta en sí, todo ha transcurrido con total normalidad, tal y como siempre se espera. Una vez más queda constatado que el ambiente festivo se concentra en el fin de semana y más cuando los actos programados contribuyen a ello. Un toro-Auxiliante- fue el culpable de que el sábado fuera un lleno en las calles de Villoria. La Asociación Taurina de Villoria se apunta, una vez más, un tanto a su favor. Gusten o no este tipo de festejos hay que reconocer que atraen a mucha gente y los chicos de la Asociación lo saben. Un 10 para ellos.
Orquestas y discotecas móviles animaron la noche villoreja hasta altas horas de la madrugada sábado, domingo y lunes. El martes, un año más perdido en la nada, despidió las fiestas del Voto de 2016 con la música de Jose el Pintor y de la tradicional paella que nunca disfrutarán aquellos que trabajan ese día. Saludos.