Estos detalles son anécdotas que aunque parezcan tonterías nunca se olvidan y que cuando éramos niños nos hacía gracia, aunque visto con el tiempo. ¡Maldita la gracia que tenía!
¡Recorrer el pueblo en la distancia y sobre todo en el tiempo! Es encontrarte con los más hermosos detalles, detalles que se van perdiendo, tristemente en el tiempo. Por eso mantener todo en la memoria es un privilegio que te hace parar el tiempo y revivir el pasado por muchos olvidado, porque lo que no se escribe, se olvida. Hoy voy a recodar a unas cuantas personas que en mi sí dejaron recuerdos.
Voy a empezar por el tío Penaranda. Este hombre tenía media lengua, es decir que hablaba mal. Por eso era remedado por mucha gente ¡Y ya se sabe que en los pueblos eso no siempre, es hacer burla si se hace sin mala intención! Pero se hacía, aunque se sabe que en ninguna época es bonito, ni de buena educación. ¡Pero el pueblo es sano!
Voy a empezar recordando algún detalle de los que éste hombre fue protagonista. Cuando llego el escarabajo de las patatas a Villoria que entonces se les llamaba COCOS de la patata.
Este señor que tenía una huerta a la orilla del prado, tuvo la mala suerte, que le comieron todas las patatas ¡Toda una ruina!
Al año siguiente salieron los primeros sulfatos y él compró ese sulfato y se lo echó a las patatas ¡Y aquí viene la gracia! Porque iba diciendo con su media lengua por el pueblo ¡Ahoda todo se acabó! Tato si es Voy, como si es Budo, el que ente en mi guelto, muelto y los maditos cocos de as patatas modidan todos, todos. Esta forma de ser y de decir las cosas eran causas de risa.
Otro personaje que fue famoso por nada importante pero que a nosotros los niños nos hacía mucha gracia verlo. ¡Fue el tío Mozo! Este hombre fumaba mucho y el hombre ya era mayor y entonces no existían las pensiones. Es decir que si llegabas a viejo y no tenían ahorros lo pasaban muy mal y por eso no era extraño ver a muchos viejos pidiendo por las calles ¡Era muy triste, después de toda una vida de duro trabajo verlos pidiendo!
Pero pasaba. Y no pedían dinero como ahora, pedían un rebojo de pan o una patata para comer. ¡Que era muy triste!
El tío Mozo como he dicho fumaba mucho y como el hombre no tenía dinero para comprar tabaco, se inventó un artilugio para recoger las colillas que tiraban los fumadores, ¿Por cierto que no todos tiraban las colillas había quien las guardaban para envolver el siguiente cigarro?
Este hombre, el tío Mozo, puso un pincho en un palo y colilla que veía en el suelo colilla que con el pincho recogía y se la llevaba al bolsillo sin tener que agacharse y sin que nadie se diera cuenta que el pobre hombre fumaba lo que otros tiraban. Estos detalles son anécdotas que aunque parezcan tonterías nunca se olvidan y que cuando éramos niños nos hacía gracia, aunque visto con el tiempo. ¡Maldita la gracia que tenía!
Ahora voy hablar del tío Moreta. El bisabuelo del alcalde que ahora tenéis en Villoria. Este hombre que toda su vida fue pastor como lo fue después su hijo y como creo lo es todavía su nieto. Aunque si sigue ya va siendo mayor.
Este hombre el Sr. Moreta le tocó ir a la guerra a defender los territorios que España tenía en ultramar. No sé si la gente de Villoria lo sabe. ¡Que este hombre fue de los últimos de Filipinas! ¡O de los últimos de Cuba! Y que fue de los pocos que volvieron de esa guerra con vida ¡Pero volvió! Pues pocos años antes de morirse un decreto Franquista aproximadamente por los años cincuenta o un poco antes, del siglo pasado. A todos los que aun vivían, de aquellos acontecimientos les ascendió a Tenientes o Capitanes. Creo que al Sr. Moreta lo ascendieron a Capitán. ¡Para que lo sepan las gentes de Villoria! Que un pueblo de 1400 habitantes hace doscientos años ya estaba por todo el mundo. ¡Yo muchas veces pensando en mi pueblo! Digo ¡No me extrañaría que Colón también procediera de Villoria!
Voy a seguir con otro personaje de Villoria, el tío Mamao. Este hombre fue de los llamados. Indianos y ya se sabe, que estos hombres los llamados indianos ¡Los que volvían de esas tierras que no eran todos! Alguno de los que hicieron fortuna, lo demostraron haciendo grandes mansiones en muchas partes de España, quizás para impresionar a las gentes de sus pueblos. Aunque también hubo los que donaron a sus pueblos cosas importantes. Como paso aquí en mi calle, que hay un colegio que donó un señor de aquellos indianos. Colegio que aún está en activo y que ha sido respetado por la nueva arquitectura.
Este hombre el Indiano de Villoria, al que llamaban el tío Mamao ¡Y que me perdone porque no se su nombre! ¡Fue el que hizo la casa que está en la esquina al lado izquierdo donde empieza la calle el cura! Esta casa es de ladrillos, pero de unos ladrillos diferentes, porque son tan finos por fuera, que yo cuando era niño me encantaba pasar los dedos por esos ladrillos de lo finos que eran. Esta casa seguro que la hizo para impresionar a su pueblo.
Me decía ¿Ya estás como decía el tío, Mamao? Este hombre cuando alguien decía que no sabía dónde estaba un sitio ¡Decía! ¿Qué barbaridad toda la vida ahí y no saber donde vive el Alcalde? ¡Y seguía! ¿Veinte años estuve yo en la Habana y día a día nunca me faltó mi caballo? Yo no entendía que es lo que me quería decir con eso mi padre, pero me supongo, que me quería decir que había que ser como el tío Mamao que como recorría todo, sabía dónde estaba todo.
Bueno esto que he escrito aunque parezcan simplezas, es historia, historia de Villoria, que como otras simplezas es triste que se olviden. Pues Todo lo que se olvida no existe.
¿Que es el tiempo?
El tiempo es el que borra
lo bonito, lo bueno y hasta lo feo.
Es el traidor de todo,
es la noche negra,
es el que borra las alegrías, las penas.
¿Cómo me gustaría
poder ver el futuro!
Y las cosas pasadas
y que el amor fuera eterno
y que nunca para los hombres
¡Llegara! ¿El perpetuo invierno?
¿Cómo me gustaría?
Que la primavera fuera eterna
Que las flores no perdieran sus hojas
que el arcoíris abrazara al mundo,
para que nunca faltara el color
y que nadie sufriera el ingrato dolor,
¿Como me gustaría
que la juventud fuera eterna?
para que las personas
siempre fueran alegres graciosas
para poder disfrutar hasta el final
de las cosas hermosas.
¿Cómo me gustaría?
Ser como un fuerte árbol
y aguantar sin temor el paso del tiempo
y con sus inmensas ramas dar sombra
a todo lo bueno lo eterno
y colgar en el. Lo hermoso que tiene mi pueblo.
SIGI. Sigifredo Maria.