Vamos a ver como descuartizo
este artículo, me estoy dando cuenta que los años pasan muy deprisa para todos y como le decía yo a mi pobre padre, que ya iba perdiendo un poco la cabeza: Pindoque, te vamos a meter en una residencia, oye se ponía enérgico de pie y me decía, si lo intentáis me tiro de cabeza a un pozo. Pero tuvo suerte hasta la agonía muriendo mirando a sus seres queridos, algo que mucha gente no tiene, unos porque están trabajando y otros porque no los soportan, sin darnos cuenta de cuando nos limpiaban los mocos y las penalidades que pasaron para traernos a este mundo. No sé lo que me sucederá a mí; pero no puedo ver las residencias, prefiero morirme en la cocina al lado de la lumbre, en un esquinazo consolándome con el gato, que muchas veces nos dan más compañía que los humanos.
Lo primero, dar las gracias a Chicote por los huevos que le ha echado con la residencia de Babilafuente y Castellanos de Moriscos. Tiene un nuevo programa que se llama “Te lo vas a comer”, en el cual se informa de la alimentación y el trato que reciben los mayores, y le ha tocado el turno a ciertas residencias de España.
Nunca he visto en estos pueblos tantos medios de comunicación para informar de algo que sabíamos todos, que no tenemos pelotas para decir basta. El trato a los mayores y a los niños, que son los que más necesitan, esa sensibilidad aflora y te pones negro, porque no se pueden defender.
Para mí los más culpables son las administraciones y los ayuntamientos, son los que tienen que velar por ellos y otras cosas.
El otro día lo que se vio en Babilafuente, fue denigrante, visto por toda España. ¡¡Fue vergonzoso para todos!!. La residencia semipública, que se la adjudicó el ayuntamiento a un particular por 40 años, donde está haciendo la gestión de privada.
Este particular tiene denuncias de ayuntamientos, asuntos sociales, medioambiente y lo que no sabemos. Parece ser que la Gerecia Territorial de Servicios Sociales tiene abiertos expedientes a la residencia con varias sanciones.
Y ha tenido que venir Chicote para enseñarnos el catecismo.
Señores políticos se muevan un poco, porque los próximos podéis ser vosotros, he ido a bastantes residencias, a la de San Morales, por desgracia, a ver amigos, si vas por la mañana todos están en fila, donde les ponen la misa del Gallo, lo mismo la dio Juan XXlll, pero se consuelan, porque esta generación es gente muy creyente. He ido por la tarde y les pones Sálvame Deluxe, que ahí no se salva nadie, ahí los rematan. Con la cabeza agachada o ladeada, o con unas gomas metidas para el oxígeno, sin tener a nadie a su lado.
Es muy fuerte, amigos, ya voy muy poco, porque se te encoge el corazón, de ver allí gente que hace cuatro días se comían el mundo y ahora se los come la residencia a ellos. Así que les he dicho a mis hijos y a mi mujer, como el cuerpo es mío, si me veis así, rematarme o me vais echando un poco de polvo de las patatas, para que no se note y me voy de este mundo tranquilo. Yo no quiero residencias, porque soy dueño de mi vida, como hizo el parapléjico de la película “Mar adentro”, Ramón San Pedro, con una cómplice o más casos cerrados, ¿porqué no se aprueba la eutanasia de una jodía vez?
He conocido y visitado casas asistidas con once o doce personas, que ahí es donde se ve una familia, que todavía existen en el Pedroso, Cantalpino, Cordovilla y en mi pueblo, hubo durante muchos años, pero por desgracia la cerraron. Estas casas asistidas las suele llevar una familia con dos o tres trabajadoras, se ganan su sueldito, sin comprarse un Ferrari, porque para eso no da, pero hay humanidad, dándoles un trato familiar. Salen a la puerta a respirar aire de su pueblo, no extrañando nada, porque les vamos a ver familiares y amigos, ya que si salen del pueblo a los dos años se mueren todos, porque miran, pero no ven.
No jueguen con estos corazones gastados, que lo único que han hecho, enderezar caminos para que podamos ir derechos sin tropezar y no perdernos. ¡Qué pena, penita, pena!!, ya se trafica hasta con los que no se pueden defender.
Un abrazo
ALFONSO “EL PINDOQUE”