Besana Villoria – Revista digital Besana de Villoria

“MACHISMO: MANERA COMO LA PROPIA MUJER INCONSCIENTEMENTE LO FOMENTA Y LUEGO TIENE QUE LUCHAR CONTRA ÉL”.

Hola, soy de origen dominicano, crecí en una familia tradicional, donde predominaban los valores cristianos, éticos y morales. He empleado parte de mi tiempo a escribir este artículo, porque me preocupa que luchemos contra el machismo, sin antes conocer sus orígenes y por ende poder atacar el mal desde la raíz, lo que significaría dar palos a ciega.

Este es un tema un poco delicado, pero preocupante y no nos percatamos de sus orígenes, porque desde siglos se ha visto muy normal al masculino como el sexo fuerte y es como siempre he escuhado de mi madre decir: “La costumbre se hace ley”, y por ello hoy en día nos cuesta reconocer que las propias mujeres nos hemos hecho eco para fomentar este mal.

El incremento del feminicidio, el auge de violaciones a los derechos de la mujer, la incontrolable ola de abusos sexuales contra ésta, el silencioso maltrato detrás de las cortinas, el acoso laboral y sexual, entre otros casos, obliga a la mujer a luchar contra un mal que ella misma inconscientemente ha expandido. Para sustentar lo dicho, he recordado algunas expresiones que desde la infancia he venido escuchando, quizás las mujeres más nuevas en el rol de madre, no se identifiquen tanto con las mismas o (a lo mejor me equivoco), pero estas frases y expresiones trabajan en el subconsciente de nuestros hijos e hijas y así esta será una lucha interminable.

Quiero resaltar que expresiones tales como:

Dan a denotar la debilidad con la que se ha caracterizado el SER FEMENINO, demuestran que la parte fuerte la lleva el padre en el hogar y la parte blanda, sumisa y domable es la de la madre. Con todo esto se puede deducir que nosotras mismas consciente o inconscientemente creamos y fomentamos el machismo.

Al reflexionar en estas expresiones, podemos apuntar que lo que realmente estamos comunicando (aunque no sea la intención) es el realce a la debilidad e inferioridad en la mujer y el poder y dominio en el hombre, enseñando así a los niños la subordinación femenina.

Esta es una manera inconsciente de promover el machismo; sin obviar que hay otras maneras más sutiles y otras brutales de fomentarlo. Una de ella es aceptando y viendo como normal que el macho sea fuerte, posesivo, que no realicen labores del hogar, que no expresen sentimientos, que no llore por un dolor o por un amor, ya que estas son características que se consideran de debilidad, que sepan que el medio, la calle y las labores de liderazgos les pertenecen por ser macho, Mientras que a las chicas se les relacione con labores sensibles como cuidar el hogar, cuidar las flores, cuidado de personas mayores, enseñanza a niños etc…

Algo tan sencillo que sin darnos cuenta empezamos de conceder el rol del poder en los chicos, es cuando seleccionamos para ellos los colores azul y verde, porque consideramos que son colores fuertes, mientras que a las chicas les asignamos los colores rosadito, amarillo suave, y pastel. Ignorando que cuando hacemos esto reforzamos la creencia de que la fuerza les pertenece a los chicos y la debilidad a las chicas.

Y qué decir de los mensajes subliminares que nos transmite la pantalla televisiva, ahí donde muchos de los comeriales publicitarios presentan a una mujer semidesnuda dejándose toquetear de un hombre para demostrar la atracción de un perfume? Y qué decir de esos bailes asquerosos como el reguetón donde aparecen los chicos con gruesas cadenas de “oro” y tirando billetes al aire mientras las chicas casi desnudas se avalanzan encima de él dándole toque y miradas senxuales? Y qué del baile del perreo, donde el macho le da piquetes de perros a la chica? Y de las letras de esas canciones ni hablar, que lo único que hacen es desvalorizar a la mujer, tildándole de un objeto sexual, una perra, una puta o como lo más bajo que existe o lo más fácil de manejar a su antojo como una propiedad sin valor.

No vayamos más lejos, la moderna manera de exigir una reivindicación, un derecho o ser escuchada, ahora es agrupándose y saliendo desnuda en señal de protesta, lo contrario de cómo lo hacían las mujeres del ayer, que sacaban sus cerebros y mostraban su inteligencia. Con esto ¿buscamos ser escuchadas o ser deseadas? No soy partidaria de ningún movimiento; pero esto en mi opinión nos desvaloriza más.

Algo más deplorable aún, la destrucción de la mujer a su propio género (envidia), donde es casi imposible estar entre mujeres que no salga a relucir la crítica sobre otra, sean “amigas” conocidas o no, por el simple hecho de que una mujer se vea mejor físicamente o muestre mayor destreza en algo, o sea tomada en cuenta por algunas cualidades que posea, hace que otras arremetan contra ella hasta el punto de destruirla. Se suelen escuchar expresiones tales como: Ella cree que esta buena! ¡Tiene el cuerpo hecho!¡Se cree la gran cosa!¡No la soporto por como es! ¡Parece una puta!¡no merece ese puesto!……

Y qué decir de los que justifican las violaciones y el feminicidio? piensan que una mujer se ha ganado que la violen por usar minisfaldas o que la maten por tal o cual razón? Qué derecho tiene un ser humano sobre otro para abusar de este o quitarle a vida? Y lo peor de todo es que la mayoría de los que piensan y se expresan así son mujeres.

Queda mucho por recorrer para lograr una mejora en esta temática, el primer paso lo tiene que dar la propia mujer, empezando a reconocer que somos iguales que los hombres en derechos humanos, derechos laborales y algunos roles (no por no ser capaz); pero somos seres diferentes en otras áreas. Digo que hay diferecias en otras áreas, porque interiormente la mujer esta dotada de unas características únicas y exclusivas del género femenino, está cargada de ternura, dulzura, maternidad y colorido, además tiene el llamado sexto sentido que le permite visualizar más allá de donde y hasta donde el hombre puede ver. Físicamente tiene una piel más tierna y delicada, más agua y menos fibras musculares, la mujer es más activa y más polifacética que el hombre, todo lo visualiza de manera circular lo que le permite tomar en cuanta varios detalles a la vez, mientras que el hombre lo mira desde una óptica recta, fijandose en pocos detalles y perdiendo la captación de la mayoría de las cosas al rededor. La mujer tiene mayor palabrerío y es capaz hacer varias cosas al mismo tiempo, mientras que el hombre habla menos y se preocupa por reservar más energía, estas y muchísimas más diferencias que como no es el tema no profundizaré.

En conclusión, la manera de reducir el creciemiento y la pemanercia del machismo, es cambiando ese “chip mental-machista” que hemos heredado de nuestras formaciones hogareñas y que crecimos escuchando y viendo en nuestras bisabuelas, abuelas y madres y aun hoy en día seguimos teniéndolo a flor de piel y de diversas maneras. Por otro lado las familias, las administraciones y el estado deben intervenir para mejorar esta situacion, desde las cuales se pueden ir orientando a las futuras madres y padres, reforzando la formación en el hogar, formando a los docentes y luego a toda la comunidad, ya que es la manera en que podemos ir debilitando el crecimiento del machismo, puesto que seguir fomentado un modelo de masculinidad, vinculado a la fuerza, al dominio y al poder seguirá trayendo más violencia, por lo que es necesario cultivar en los niños esos aspectos de sensibilidad y afectividad, hacerles entender que los mismos no pertenecen única y exclusivamente a las niñas. Debemos empezar a aceptar a las demás mujeres tal cual son, ser más sinceras entre nosotras mismas, cambiar la manera de fomentar la crianza de los hijos, valorarnos sin llegar a ser altivas, arreglarnos porque nos amemos así mismas, no por o para un hombre, detengamonos a ver y escuchar la música que nuestros hijos escuchan concienciarles la manera en que las canciones basura influyen en nuestras vidas.

Sin intención de justificar ningún acto en contra de ningún ser humano sin distinción de género, pero considero que estamos frente a un problema que si se sigue manejando mal, lo que producirá más violencia, tenemos que buscar un punto medio, pues hemos pasado de un extremo a otro, de la mujer ser vista como un 0 a la izquierda a ser la máxima potencia en una ecuación, y lamentablemente hay muchas mujeres que se están aprovechando del ¡Bum! de la igualdad de género y en vez de unirse a la lucha contra las raíces y orígenes de este mal, aportando un granito de arena a favor de la mejora social, mejor se están aprovechando de la situación, consiguiendo así que el hombre se vea tan estrangulado que llegue a un punto de reventar de alguna manera como está ocuarriendo hoy en día.

Reflexión

“Una sola golondrina no hace verano”, pero sí puede iniciar un vuelo certero que las demás podrán seguir. Este artículo en el que expreso mi sentir, aunado a otros aportes que han hecho algunos escritores e interesados en esta temática, representamos esa golondrina que quiere iniciar ese vuelo a la mejora social.

Como dijera Eduardo Galeano: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo».

Bibliografía

Galeano, E. (1989). El Libros de los Abrazos. Siglo XX1. España. Consultado de: ISBN 978-84-323-1524-4

12/03/2019

Ruth E. Mendez Mateo

E-mail: la_india70tahi@hotmail.com

 

Por: Ruth Esther Méndez Mateo

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