DE VUELTA A LA RUTINA

Se acabó. Punto final a las últimas fiestas de una década. El próximo año estrenaremos una nueva y con ellas nuevas ilusiones y nuevos proyectos. Estas fiestas de 2019 eran las primeras a las que se enfrentaba la nueva corporación salida de las últimas elecciones municipales.

Una vez más hemos disfrutado de cinco días festivos más una previa e interesante semana cultural donde han tenido cabida actos, actividades y espectáculos para todos los gustos. Se esperaban cambios y los hubo. Suponemos que estos cambios han venido para quedarse, mejorar, y ser el punto de partida para otros nuevos que, sin duda, llegarán en los próximos años.

No queremos entrar a valorar lo que han sido en si las fiestas. Cada uno tiene su propia opinión, tan válida como otra cualquiera, pero sí queremos hacer hincapié en algo que repetimos año tras año, pero que solemos olvidar con facilidad. Para que todo esto sea posible, para que todo salga bien, para que podamos disfrutar de lo programado, siempre tiene que haber alguien detrás organizando, dirigiendo y trabajando, trabajando, trabajando. Una labor que muchos todavía no saben valorar, y mucho nos tememos que nunca lo harán, salvo que se vacunen con una buena dosis de generosidad, solidaridad y altruismo y un buen día aporten su granito de arena.

Nos gustaría nombrar a todos y cada uno de los que aportan ese granito o ese cubo de arena, pero, por suerte, son tantos que algún nombre se nos quedaría en el tintero y eso sería imperdonable. Nuestro respeto y nuestra gratitud para todos los que lo hacen posible.

Al hilo de esto os recordamos, por si alguien no se había dado cuenta, que la vida sigue. Hoy Villoria está triste, porque ha terminado la fiesta, sí; pero también porque muchos de sus hijos han tenido que partir hacia sus lugares de trabajo, allá donde se tuvieron que ir para poder ganarse la vida; también porque este año está siendo especialmente duro por la cantidad de vecinos que nos están dejando y lo que nos queda; también, porque hoy, primer día de clase serán poquitos los niños que comenzarán su primer curso en el colegio.

Aquí nos quedamos los que tenemos que tirar del carro, un carro cada vez más pesado y del que cada vez somos menos para tirar. Necesitamos ayuda. Necesitamos más niños, más gente joven, más ayuda de las instituciones para que esto pueda ocurrir. Hay que intentarlo por todos los medios, hay que luchar día a día para que sigamos siendo grandes, para sentirnos orgullosos de nuestro pueblo. Los que estáis fuera, los que sentís algo por este pueblo los que nos quedamos, luchemos, trabajemos por él. Permitidnos una licencia -o una aberración-, como queráis, cambiando una sola palabra en este conocido texto del dramaturgo alemán Bertolt Brecht :

Hay villorejos que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos.
Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.”

¿TÚ DE CUÁL ERES?

Nos quedan 360 para seguir trabajando y poder gritar una vez más la víspera de la fiesta.

¡¡¡VIVA VILLORIA Y VIVA LA VIRGEN DE LA VEGA!!!

 

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