Besana Villoria – Revista digital Besana de Villoria

EL SENTIR DE UN PUEBLO. Por Alfonso Prieto

Con éste artículo llevo bastantes días y noches dándole vueltas a la cabeza, hay que hilar muy fino lo que vas a decir,  porque lo que voy a exponer está en la mente de todos.

Quiero denunciar lo que está pasando en mi pueblo con el Centro de Salud y que también afecta a los pueblos que pertenecen a este Centro.

Aquí, hemos tenido la suerte de tener buenos médicos y sanitarios.

Hace años llegaron a Villoria dos profesionales con su plaza para quedarse, Antonio y Santiago. A mí, me tocó Antonio, uno noventa de bondad y humanidad. Nuestro amigo, psicólogo, daba con la clave de mis penas y alegrías. El pueblo estaba contentísimo con él porque se portó como un caballero, si es verdad que era su trabajo. Se jubiló, diciéndome que no le hubiese importado estar un par de años más, pero el desorden de la administración no le dio pie; tiró la toalla, porque era un profesional, muy humano, y a veces los medios de su trabajo no estaban a la altura del servicio que tenía que realizar.

Llegó con él Santiago, otro portento de la medicina, con unos valores de trabajo y humanidad como el otro; parecían dos gotas de agua en su cometido. Siempre le veías corriendo.

Le faltaban unos años para jubilarse, creo que viéndose solo de tristeza porque su amigo se había  jubilado, me dijo que no podía más, que él había estudiado una carrera que le apasionaba para salvar vidas y se encontraba perdido porque no veía la luz del progreso. Nos dejaron huérfanos y eso que entonces la sanidad digamos que funcionaba.

¿Pero que está sucediendo desde hace dos años para acá? Que no hay un médico fijo, entiendo que tengan que rotar hasta que tienen su plaza. Pero ocurre que cada mes nos traen uno nuevo, donde uno te entiende de una manera y otro de otra, es muy importante esto. Si es verdad que tienen el historial, pero una persona que toma 18 o 20 pastillas, con cuatro o cinco pacientes hacen la mañana con el currículum de tu cuerpo,  y si aciertan bien, sino al camino Villoruela que está el cementerio.

Este año ha sido muy duro, nos ha dejado mucha gente, quiero que se me entienda, no culpabilizo a nadie, ha sido gente mayor. Y claro, con tanta pastilla o te las ponen en la boca o te puedes equivocar porque la cabeza no da para tanto.

No sé si quieren privatizar la sanidad, porque hay que ir con los tiempos y el dinero, y el otro día que estuve por el Centro de Salud me lo contaron. Me puse de mala uva y dije: estos mamelucos de gobernantes, ¿hasta dónde quieren llegar?

Miren, llevaba yo dos años -como tomo alguna pastilla- que la garganta no la tenía bien, me bramaba como a los toros y lo pasaba mal. Me decían los hermanos ahí tienes algo y estaban preocupados, bebía agua y nada.

Hace poco fui a ver a mi amigo Quintín, el cura, y me dice el tío, ten cuidado con esa garganta que te puede salir un cáncer, el cabronazo ya me dio el día, pero él sabe que hablo mucho hay veces que me quedo ronco.

Fui al médico y me atendió el doctor José Luis, porque no estaba la doctora que tengo asignada ya que estaba de huelga. Un tío muy majete, cercano. Me habían hablado muy bien de él; fui con mi mujer y le conté lo que me ocurría. Empieza a leerse el historial y me dice que estaba muy bien de todo (porque me habían hecho una analítica), yo tan contento. Me explicó que la ronquera me la provocaba una de las pastillas que tomaba. Mano de  santo. Así que ahora paso desapercibido por donde ando, porque ya no cacareo como las gallinas.

Me despedí también de Mari Ángeles, la administrativa, que ha sido una gran trabajadora, nos dimos un abrazo y cayó alguna lágrima, diciéndome que había sido muy feliz en este pueblo, porque la habíamos tratado como de familia y nos quería mucho.

Pienso que se está creando una alarma social en Villoria por el trajín del ir y venir de los profesionales de la sanidad, que es lo más preciado junto con la enseñanza.

Entiendo que quien nos gobierna en el pueblo estará luchando para que esta situación se normalice, pero los vientos suenan huracanados y como dice el refrán “Donde hay patrón, no manda marinero”.

Sería catastrófico, un Centro Médico que es un lujo tenerlo, que ha costado muchos millones, empiece ahora con las fisuras del desahucio. Esto va a suceder en muchos pueblos y si no nos movemos pacíficamente (que en esta tierra somos muy conformistas y callamos) en las calles o en la capital por salvar lo nuestro, lo pasaremos muy mal. Y todo debido a la mala gestión de quien nos gobierna.

Ya termino. La competencia de sanidad, que pertenece a la Junta, ha recaído en Ciudadanos (después del pacto PP y C’s en la Junta de Castilla y León), en la persona de la Dra. Verónica Casado, distinguida el pasado año como mejor médico de familia del mundo por la Organización Mundial de la Medicina de Familia.

A mí no me importan sus pactos políticos, pero sí sus políticas que nos atañen a todos, en este caso la sanidad.

No hay derecho que en pueblos olvidados haya un médico para atender 15 consultorios, que siempre andan a la carrera. Se está haciendo mucho daño a la gente que más lo necesita y, no se les votó para llegar a esta situación.

Así que ya he dado mi opinión y razones. Que quiero callarme y no puedo…

Esta es mi lucha

Un abrazo.

ALFONSO “EL PINDOQUE”

Diciembre 2019

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