Besana Villoria – Revista digital Besana de Villoria

INVITACIÓN A APRENDER A ESCRIBIR

Esta situación de confinamiento en nuestras casas podría ser también un buen momento para ejercitarse en la escritura, para aprender a escribir. Y aprender, como en todo, se logra ejercitándose.

Todos tenemos un mundo interior rico, lleno de experiencias de vida, de recuerdos, de ideas, de anécdotas, de sentimientos, etc. Pues escribir no es más que reflejar, sacar a través de las palabras escritas, algo de ese mundo íntimo y personal. Creo que aprender a escribir es una actividad  rica, nos enriquece, nos hace un poco mejores. Primero porque ejercitamos nuestra cabeza, ordenamos un  poco el cerebro, disfrutamos un rato de esa soledad dialogada con nosotros mismos. Pero también –y por eso lo recomiendan mucho los sicólogos- porque ese ejercicio de volcar hacia fuera nuestro mundo interior es una terapia estupenda que nos ayuda a relajar tensiones, canalizar sentimientos al expresarlos, etc.

En resumen que me parece un ejercicio precioso para estos días especiales: no solo ver televisión y leer. También escribir. Si yo no sé, diréis la mayoría. Por eso estoy hablando de aprender. ¿Y cómo lo hago? Pues coge un cuaderno de los que tienen los muchachos y un bolígrafo, siéntate un rato y empieza, por ejemplo a contar tu infancia (un ejemplo de cómo empezar:  Me acuerdo que cuando era niña/o íbamos a la escuela de D/Dña…, y allí tal y tal y empiezas a escribir todo lo que recuerdes) O se puede empezar a escribir en plan diario (si tienes a manos algún libro que sea Diario de algún autor, lee unas páginas y fíjate cómo cuenta su vida). Y ya con ese modelo (o sin él, si no lo tienes a mano) empieza tú a contar qué has hecho ese día (me levanté… hize tal cosa, luego esto y lo otro…) O refleja-expresa tus sentimientos (un ejemplo:  he escuchado esta mañana las noticias y se me ha puesto un nudo en la garganta porque yo creo que a este paso vamos a contagiarnos la mitad de la población…etc. Refleja también tus ideas: no solo sobre el bicho malo este, o sobre lo que se está haciendo, sino de lo que piensas tú sobre algunas cosas de la vida, del pueblo, del país, de la humanidad, de la educación, de la juventud, de los niños, de la pareja etc, etc.

Escribir para expresarse uno no es nada complicado (otra cosa es aspirar a ganar el premio Nobel) De verdad, es ponerse. Es que yo cometo muchas faltas de ortografía, suele decir mucha gente. Y qué importa si de lo que estoy hablando son escrituras para uno mismo. Bueno, a lo mejor hay algún genio literario que se viene a descubrir con ocasión de esta triste coyuntura del virus asqueroso.

Pues ahora que hablo de esto, me encantaría que hubiera personas mayores que se decidieran a escribir sus memorias, no para sacarlas en un libro publicado –que cuesta pasta-, sino para dejarlas como herencia a los hijos y nietos. Ahora ya en la mayoría de las familias hay chicos y chicas con estudios que pueden ayudar a padres  o abuelos en esta tarea de ir pasándoles a limpio en el ordenador, sin prisa, lo que padres o abuelos van contando o escribiendo en un cuaderno. Coño, todo el mundo está esperando a heredar tierras o casas, o cuentas corrientes, ¿y no es bonito, antes de que se mueran los abuelos o los padres, tener recogidas las memorias de nuestros mayores en detalle, y no solo de oírlas contar, que hoy con la televisión puesta ni siquiera hay momentos?

Vale de rollo. A ver si os animáis y probáis a poneros a escribir

Un abrazo y besos virtuales.

 

Quintín García

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