ESTIMADO PEPE (O PEPÍN, COMO QUIERAS):
Ayer, leyendo el merecido homenaje que se hacía desde Besana a Esteban Chamoso, me acorde de ti. Me supongo que no sería el único, seguro que a más de uno le ocurrió lo mismo. Muchas de las tareas que hace Esteban ahora las has venido realizando tú hasta hace poco, de ahí que no es de extrañar que tu imagen acompañara, en cierta medida a la de Esteban.
Ayer, si no hubiera sido por las circunstancias y por las vueltas que da la vida de un día para otro, tú también hubieras estado incluido en ese homenaje. Fijo que te hubiera gustado estar haciendo esas tareas diarias en lugar de pasar por ese par de achuchones que te han obligado a quedarte en casa.
Te escribo estas palabras, no tanto porque nos una estrecha amistad en el sentido más estricto de la palabra, sino porque nos hemos llevado siempre bien tanto nosotros en particular como nuestras familias en general. Hoy me apetecía mandarte un saludo y darte ánimos para que superes cuanto antes esos problemas que te mantienen en casa. Que puedas estar cuanto antes a pleno rendimiento, y disfrutar de la compañía de tu mujer,de tus hijos y de tus nietos, algo que anhelamos también todos los que estamos en situación parecida.
Desde aquí te mando un abrazo y espero verte pronto caminar muy temprano hasta el depósito del agua o dando un paseo con tu compañera de fatigas y ese hermoso perro (¿vive todavía?) que te dejó tu hijo en adopción. Eso sería una excelente señal. Buena suerte.
Por cierto, no sé si lo he dicho, pero ayer me acordé de ti. (Y hoy también).
SPP