Hoy hemos celebrado un día de la madre muy especial. Nunca habíamos sentido tan a flor de piel ese cariño que sentimos por ellas. Muchos han sido los que han podido disfrutar de su compañía en estos penosos días. Otros tantos se han tenido que conformar con verlas a distancia, de una manera u otra han sido unos afortunados, porque otros, sin embargo, han tenido que vestir de flores y regar con lágrimas el recuerdo de esa madre que ya no está con ellos físicamente, pero que siempre estará en su memoria y en su corazón.
Frases, muchas frases hechas, nos han acompañado a lo largo del día. Un día inundado de felicitaciones y buenos deseos, de regalos, de sentimientos a flor de piel. Pero nada como haber llegado a tiempo para poder salir de casa y ver de cerca a esa madre que tanto hemos echado de menos. Ver de cerca, que no abrazar y besar. Dos metros que se antojan dos kilómetros o doscientos; algo que nunca entenderemos pero que tenemos que asumir.
Mañana la vida continúa. Mañana y el resto de los días del año también son el día de la madre. No hacen falta frases hechas, ni felicitaciones ni regalos. Una mirada, una llamada o un gesto de cariño serán suficientes hasta que ese maldito distanciamiento nos deje fundirnos en un montón de besos y de abrazos.
Estos días también nos hemos reencontrado con otra madre. Con la madre Naturaleza. Hace meses que tuvimos que alejarnos de ella por causas mayores. Entonces todavía estaba despertando del letargo del largo invierno, apenas apuntaban los brotes en muchos árboles aunque los almendros ya nos habían regalado sus vistosa floración. Hoy mayo nos la devuelve florida y hermosa, con una explosión de vida y colorido. Una madre a la que tenemos que cuidar porque de ella también depende nuestra existencia y que, como todas las madres, nos devuelve mucho por muy poco.
Aquí os dejamos con unas preciosas imágenes de nuestro pueblo, que llevan el sello de Pilar Corredera.