Soy sanitaria por vocación y no me considero ninguna heroína. Hago mi trabajo como lo indica mi código deontológico y como me sale del corazón. Pero ya lo hacía antes de que llegara esta pandemia. Llevo 19 años acompañando en el camino de la enfermedad a infinidad de personas y porque no decirlo también, acompañando en el camino de la muerte a los que nos dejan. Porque tan importante es salvar vidas, como ayudar a morir con dignidad. Y como yo multitud de compañeros.
En estos últimos meses hemos ocupado la primera línea de los medios de comunicación, hemos visto que habéis reconocido nuestra labor y el riesgo que corríamos, incluso nos habéis aplaudido para darnos ánimos. Os lo agradecemos, porque realmente los hemos necesitado. Hemos vivido momentos que serán difíciles de borrar de nuestras almas.
Pero quiero que no olvidéis nuestro esfuerzo, ni vuestro esfuerzo. Quiero que no deis por terminada ya esta pandemia, quiero que no le perdáis respeto a este virus. Porque aún está, aún sigue infectando y aún sigue matando personas. Las cifras ya no son tan elevadas, los hospitales ya no están colapsados. Pero por respeto a los que se dejaron la vida o su Salud, por respeto a los que se alejaron de sus familias por miedo a contagiarles, no bajéis la guardia, la fase mas importante de la desescalada es la responsabilidad.
Y espero que cuando demos por concluida esta pandemia, cuando haya un tratamiento o una vacuna y no tengamos nada que temer, sigáis viendo a ese sanitario, que sea la hora que sea, te pase lo que te pase, que va a estar ahí para intentar sanarte, con los mismos ojos que lo hacéis ahora.