Parece que la noche se resistía y no nos iba a dejar disfrutar de esta familia salmantina…, Pero la tormenta paso y poco a poco el aforo de la plaza, se fue llenando hasta hacerlo considerable.
Eusebio y Pilar junto con sus hijos Laura y Arturo nos amenizaron esta noche, con sus danzas, historias populares y música, amenizada con esos cacharros que nadie los había creado para ello.
Una oportunidad para que nuestros jóvenes comprendieran de dónde venimos qué hacían sus antepasados y como creaban canciones para la distracción y para alimentar el alma.